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La historia la escriben los ganadores

Al parecer no solo la historia la escriben los ganadores. También las matemáticas, las ciencias, la biología y demás libros de texto para las primarias públicas nacionales. El gobierno de López Obrador está redefiniendo el currículum educativo para que refleje su ideología. La respuesta de la oposición ha sido feroz. Y aunque la mayoría de las críticas están fundamentadas, algunas caen en la hipocresía.

La crítica que me resulta especialmente irónica es la que señala que el nuevo plan de estudios está cargado de ideología, y que el objetivo del gobierno es “adoctrinar” a nuestras nuevas generaciones. No es que carezca de fundamento esta crítica (es evidente que lo tiene), sino que refleja una dinámica que se ha repetido a lo largo de décadas bajo distintas administraciones, por lo menos desde la de López Mateos

Es natural que quien obtiene el poder considere que su ideología es la más adecuada, y, en consecuencia, busque extenderla de manera amplia en la sociedad, incluyendo, desde luego, a la juventud. Este fenómeno no se limita a México, es una dinámica global. En Estados Unidos, por ejemplo, los enfrentamientos políticos en torno a los contenidos educativos son comunes entre los partidos en el poder y la oposición. Es por eso que cuando la oposición se rasga las vestiduras y acusa a la SEP de incorporar “contenidos ideológicos” en los planes educativos, su argumento suena hueco.

Otra crítica que considero desproporcionada es respecto a los errores de dedo de los nuevos libros de texto. Es normal que estos contengan erratas (los de Peña Nieto tuvieron más). El propio López Obrador aceptó que eran “perfectibles”. Lo que sí me parece increíble es que le haya tomado cinco años a la SEP (lleva preparando estos cambios desde que inició el sexenio) generar un producto tan mediocre. Por desgracia, no es un evento aislado. La ineficiencia es una de las características más notorias de este gobierno. 

Ahora bien, una cosa es privilegiar cierta ideología en los libros de texto en materias como historia y otra muy distinta es meterse en temas que deben ser inmunes a la influencia política. El nuevo plan de estudios relega la formación científica a un segundo plano: basta ver que ya no hay libros de matemáticas. Es aquí donde está el problema de fondo. 

Los nuevos libros de texto no están a la altura de los desafíos que enfrentan nuestros hijos en el mundo moderno, en el que la ciencia y la tecnología son cada vez más relevantes. Lo que deben pensar nuestras autoridades educativas es cómo preparar a las siguientes generaciones para ser competitivas. El debate debe abarcar desde cómo incorporar en la clase herramientas de inteligencia artificial (como ChatGPT) para aumentar la productividad hasta cómo enseñar mejor inglés para aprovechar la ola que viene con el nearshoring. 

Puede que la historia la escriban los ganadores, pero si la educación es mala será difícil generarlos en el futuro.


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Julio Serrano Espinosa
  • Julio Serrano Espinosa
  • [email protected]
  • Presidente del Centro de Estudios Espinosa Yglesias
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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