Mientras enfrenta su primera crisis, la de la gasolina, que no tiene idea de cómo detener porque ni siquiera entiende cómo la provocó, el gobierno pone a circular una edición feísima, patriotera, de la Cartilla moral de Alfonso Reyes, un librito al que el presidente se ha referido muchas veces, siempre con entusiasmo aunque no siempre con precisión (en alguna entrevista, nos recuerda Guillermo Sheridan, se refiere a la Cartilla como al “decálogo” que no es). ¿Ven la ironía reiterada de “milagros de la 4T” que circula por Twitter? Pues con la Cartilla se suman varios. Uno es que Reyes, tan desatendido hoy, se convirtió en trending topic.
He seguido la discusión sobre este librito, breve pero con cuerpo, entre Aurelio Asiain y Pablo Majluf, ambos libres de sospechas de morenismo. Majluf lee el documento como una pieza oscurantista y mojigata. Asiain la ve ridícula, avejentada, pero no como un documento religioso, y recuerda el liberalismo de Reyes, un hombre más bien propenso a la ironía y lo lúdico. Ambos tienen razón. Aun en el libro que distribuye el gobierno, una edición de José Luis Martínez, se ve al Reyes formado en la filosofía griega. Flotan por ahí Aristóteles, Platón, incluso el epicureísmo. Hay un afán de entender el cristianismo en el macrocosmos del pensamiento occidental. El problema es que el libro es fallido: hecho con afanes de divulgación, tiene efectivamente, para un lector que no conoce a Reyes, un tufo de catecismo: demasiadas referencias a la moral cristiana, demasiadas dicotomías simplonas sobre el bien y el mal. Además, pesan los antecedentes y el contexto: la pésima idea de que el prólogo lo haga el presidente, con esa propensión a las referencias religiosas; los vínculos con Espino y el PES; e incluso la idea de que Beatriz Gutiérrez Müller publique al mismo tiempo una columna en Desde la Fe, una revista de la Arquidiócesis.
Y es que sí: vivimos en un régimen en el que hasta Reyes sirve para que, otra vez, nos leyeran la cartilla.
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Otro milagro 4T: en un país sin gasolina, con supermercados en desabasto y 1200 millones de dólares de aguacates por descomponerse, tómenme la palabra: Reyes va a llegar hasta al último rincón.
@juliopatan09
