La compra de plurinominales es una acusación frecuente en la política mexicana relacionada con la asignación de diputaciones y senadurías de representación proporcional, que son puestos que no se eligen por voto directo sino por las listas que presentan los partidos políticos, es decir, son cuotas de poder que reciben los partidos que no son capaces de ganarlas en las urnas
Si bien su forma de asignación es legal, la actuación de los senadores y diputados plurinominales deja mucho qué desear, pues este tipo de puestos es muy criticado por su poca representatividad democrática. Representan a la reacción, a grupos de poder económico o a grupos de presión, menos a la ciudadanía y al proyecto de gobierno que los llevó al poder.
Sin embargo, una vez que toman posesión del cargo, algunos abandonan la bancada que los llevó a ese puesto y se autonombran legisladores libres, otros se manejan discretamente pero en los momentos cruciales votan en contra del proyecto que los llevó al cargo, ¿por qué sucede esto? porque muchos de los puestos plurinominales son comprados por grupos de poder económico a los presidentes de los partidos, que hacen un buen negocio con la voluntad popular.
Estos legisladores de paga simplemente se alejan de su bancada y votan de acuerdo a las instrucciones de los grupos de poder que los subsidian, es un hecho que debe considerarse. La mayoría busca un cargo legislativo para hacer un capital, no se nos olvide que en política lo que tiene precio es barato.
Por ello el gobierno de la República ha pensado en reducirlos o de plano eliminarlos, porque no representan al interés popular; esos legisladores piensan en el puesto, no en el país.
¿Qué se pretende eliminando a los plurinominales? un mayor equilibrio de fuerzas entre las expresiones partidistas electas por el pueblo y un mayor compromiso legislativo con las grandes mayorías del país.
En la actualidad ya se ha venido mostrando quién es quién en el Congreso; donde se nota más es en la Cámara de Senadores, porque ahí la mayoría calificada es más frágil, puede romperse en cualquier momento e impedir el avance de la transformación y el castigo a los delincuentes que disfrutan del fuero que les proporciona impunidad para sus raterías. Mantener el equilibrio político a favor del proyecto 4T es una labor cada vez más complicada por el divisionismo impulsado por la reacción.