Después de campañas políticas descafeinadas, de candidatos(as) que no se atrevieron a hacer innovar ni decir algo diferente en sus horas de proselitismo, por fin mañana domingo tocará al electorado duranguense acudir a las urnas y decidir quiénes serán presidentes(as) municipales en los 39 ayuntamientos en disputa.
La jornada comicial es una prueba decisiva para José Rosas Aispuro Torres, a punto de cumplir tres años al frente del gobierno estatal y, al parecer, podría verse superado por los efectos de La mañanera y el lopezobradorismo. ¿Qué hará Aispuro en su segunda mitad como mandamás duranguense? ¿Reprobarán su gestión los votos que lo favorecieron hace tres años? ¿Hacia dónde decantará la oposición al PAN? ¿Y el PRI?
Durango y Gómez Palacio, -no se diga Lerdo-, son rehenes del pasado, con un desarrollo económico lento, un nivel de bienestar social –no solo en la favorecida capital- excluyente, contadísimas inversiones, y como dijera a este reportero el titular del Consejo de Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción, Felipe de Jesús Coria Quiñones, “en Durango la conciencia ciudadana está erosionada”.
Cuando Rosas Aispuro asumió el cargo, prometió austeridad, inclusión y una aplicación irrestricta de la ley. Su estilo de gobernar ha sido plano, sin estruendos pero sin consecuencias ante la abultada corrupción gubernamental y política que heredadas.
Hay decepción. El PAN no da por perdido ganar la alcaldía con Jorge Salum, Otniel García (Morena) le compite fuerte y con probabilidaes, pero igual sucede con el abanderado de Movimiento Ciudadano, José Ramón Enríquez, férreo enemigo del gobernador y del panismo. A los blanquiazules les urge sumar votos porque corren el riesgo de perder su registro como comité, según su propia estructura partidista.
En Gómez Palacio el PRI aún mueve la patita. Sin embargo, no hay nada seguro. Tanto en Gómez como en Lerdo la traición partidista está a la alza y Morena, pese a tanto manoseo, ambición y oportunismo que padeció al decidir sus candidaturas, levantaría la mano. La marca AMLO está vigente y, la exhibición de más casos de corrupción priísta a nivel fifí, la resentirá el tricolor. De todas formas, la ganona ganona será Leticia Herrera, la astuta alcaldesa gomezpalatina hasta agosto. Ya lo verán.