Parece que está decidido, que no hay marcha atrás, que pase lo que pase la reapertura es inminente y que, aunque haya brotes nuevos, algunos líderes han decidido rifarse el costo humano y no confinar de nuevo a la sociedad. La economía ya no puede más y tampoco el costo político. Algunos líderes ya están en campaña para elecciones y otros no han dejado de estarlo.
El optimismo exacerbado en los mercados financieros supone que lo peor ya pasó. Que ya no hay cierres y que las cosas solo van a mejorar. Los niveles de las bolsas y de algunas acciones están en máximos y estoy seguro que seguirán subiendo. También hay cosas muy baratas y rezagadas: sectores de aerolíneas, cruceros, hoteles, restaurantes. Además hay cosas regaladas que a largo plazo serán una gran inversión. Las crisis traen oportunidades. Dicho esto, sigue el riesgo de que los contagios y decesos se comporten de manera exponencial y el confinamiento regrese.
Esta semana volvimos a tener inflación, la cifra fue 0.38% en mayo, y en el año fue de 2.84%. No es una gran noticia debido a que la inflación es baja por la nula demanda, producto de la tragedia económica. México sigue mal y de malas, desatiende asuntos prioritarios y con una agenda socialista y política que ignora las necesidades más elementales de agónicos sectores industrial, empresarial y obrero. Tiramos el poco dinero que tenemos en una refinería que se inundó, un aeropuerto que parece terminal de autobuses y un Tren Maya cuyo banderazo fue un acto de bochorno nacional e internacional. ¿Qué objeto tiene hacer una gira en medio de la peor ola de contagios y decesos? Las cosas aquí no van a cambiar y tampoco a mejorar.
Algunos celebran que el peso está “fuerte” a $21.5, yo les recuerdo que en marzo valía $18.60. El dólar se ha debilitado porque el apetito por riesgo y con ello algo de capitales han regresado, comprando bonos y bolsa mexicana, solo de carácter temporal, y la inversión extranjera directa no aumenta. El Banco Mundial nos otorgó un crédito por mil millones de dólares para combatir el covid-19. México se está endeudando y a un paso muy rápido; como porcentaje del PIB también la deuda es mayor y el crecimiento menor. La deuda no es mala si se usa para invertir.
Hoy hay decisión de política monetaria en EU y no creo que haya alguna sorpresa, la tasa no bajará más y creo que refrendarán su total apoyo a seguir combatiendo los efectos de la pandemia.
Trump no deja de ser único, el viernes pasado vino una sorpresa positiva y la aprovechó para politizar. El dato del empleo de mayo que se esperaba negativo en 8 millones de empleos perdidos salió positivo en 2.5 millones creados. Es una gran noticia, pero presumirla como la mayor creación de plazas es digno del mandatario. Si se han perdido cerca de 40 millones de empleos el reto es crear ahora 37.5 millones más que se tenían a principios de marzo. Lo de Trump es como presumir que la delincuencia y el tráfico vehicular han bajado en la pandemia.
Sigo pensando que deben comprar dólares y acciones de Estados Unidos. Es una estrategia correcta y defensiva.
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