Negocios

Difícil comienzo

¿Se imaginan proyectar un plan de seis años, llevarlo a cabo de forma puntual, mantener las variables macroeconómicas ordenadas y tener una apreciación cambiaria de 20 por ciento al término del sexenio, y luego descomponerlo todo faltando un mes para el cierre? Difícil de comprenderlo para el que se va —que bien puede colgarse esas medallas— y más difícil para la que llega, que recibirá un país sumido en la incertidumbre, el nerviosismo y el descontrol. 

A juzgar por lo que estamos viendo, en México se llevará a cabo la reforma al Poder Judicial con mayores consecuencias a las previstas. Todavía está por verse si después de asumirlas, el gobierno y su partido están dispuestos a arriesgar más y poner más cosas en juego. Sigo pensando que la futura presidenta y su equipo no quieren generar caos con los cambios estructurales que algunos de sus partidarios pretenden, pero que no le gustan a los mercados tanto local como extranjero. 

Resulta paradójico ver que las bolsas de valores en el mundo van muy bien y, en términos generales, con rendimientos superiores a 14 por ciento, mientras que la bolsa mexicana registró al cierre de agosto un 9.4 por ciento negativo. En la canasta de divisas, el peso pasó de ser la mejor y más fuerte moneda a ser hoy la más débil. 

La realidad es que el mundo sigue proyectando un sólido crecimiento económico. Los reportes corporativos son buenos en su mayoría, y las proyecciones hacia 2025 son buenas, aunque no distan mucho de 2024. En el caso de México, las reducciones sí son considerables, de acuerdo con las últimas proyecciones del banco central. 

Esta semana, lo más destacado será el informe del empleo en Estados Unidos y muchas decisiones de política monetaria alrededor del mundo. 

De momento recomiendo permanecer invertidos. Para esto nos preparamos: invertimos en dólares, en el gobierno estadunidense y en empresas de ese país. Hoy, con la liquidez en pesos, no me precipitaría y dejaría pasar la tormenta local, y mientras tanto, ganar las altas tasas que pagamos. 

La devaluación de cerca de 20 por ciento ya se comió el 11 por ciento que pagaban las inversiones, y dado que el peso se encuentra ya en 19.80 unidades por dólar, una devaluación de 20 por ciento implicaría un tipo de cambio de 23.76 pesos por dólar, que aunque veo remoto, no es imposible. Depende de si la soberbia continúa o no. 


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Juan S. Musi Amione
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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