Política

Punto de partida: diagnóstico veraz de la situación

Diagnóstico, etimológicamente, es ver claro, conocer “a través” de signos (juicio médico). Algunos gobernantes -López Obrador, Trump, Balsonaro- y directivos de organizaciones, ante Covid19 y sus secuelas, están evidenciando incapacidad para conocerla realidad tal como ésta es, y se vuelven problemáticos por no ver claro los signos. Luego deciden y mandan. En cambio, al suscribir 9 gobernadores Acuerdo de Defensa de la Libertad, la Democracia y el Federalismo, el domingo pasado en Dolores-Hidalgo, para “Evitar la ruina” del País, coinciden en un punto de partida de dos dimensiones: el conocimiento de las circunstancias exteriores en que se encuentran, y el conocimiento de su yo en esas circunstancias (Ortega y Gasset).

Isaac Guzmán Valdivia, mi maestro de Sociología en la Escuela Libre de Derecho, – fui luego su adjunto en la Libre y en la U. Panamericana-, nos enseñó que el dirigente debe conjugar 3 verbos al conducir grupos o naciones, y realizar sus virtudes respectivas: VER la realidad, con veracidad (investigación); JUZGAR, dando lo suyo a cada quien, con justicia (decisión) y, ACTUAR, hacia el fin o bien común, con prudencia (orden o mandato)). Después, Carlos Llano, director del IPADE, en seminario nos enseñó las 3 funciones de la dirección, y sus correspondientes objetos: DIAGNÓSTICO, a la situación real (determinar en dónde estamos); DECISIÓN, a la meta (definir objetivos); y MANDO, a los hombres, para alcanzar aquellos. El punto de partida de la acción directiva es el deber moral de investigar, de lograr un diagnóstico VERAZ de la realidad concreta en la que organización, ciudad o país se encuentran. Esto exige objetividad para ver las circunstancias y al yo, en la situación real en que se encuentran: como el médico ante enfermo.

Constatamos hoy en México error inicial, en el diagnóstico (i), que tiene consecuencias en (ii) la decisión y(iii) el mando, en el manejo de Covid 19, de economía o seguridad. Si la objetividad ante circunstancias exteriores es difícil, ante mi propio yo encuentra dificultades mayores. Hemos de observar la realidad desprendiéndonos del yo, porque si la vemos a través de mis intereses, ideología, mesianisimo o vanidad, invertimos la definición de metas u objetivos para antes de analizar la situación. Al anteponer el yo a la realidad(anteojeras) falseamos ésta, con resultados catastróficos. Por orden debemos analizar fríamente la situación o realidad existencial, y después decidir lo que queremos hacer: frialdad del diagnóstico-con “cabeza de hielo”-(Diego Fernández de Cevallos bromea que la naturaleza hizo al hombre bicéfalo y debe pensar siempre con la cabeza fría. No se debe pensar con el corazón ni querer con la cabeza). AMLO es de cabeza ardiente (desde niño con bat, se sabe), y no ve las circunstancias como son, sino como él quiere sean, “percepción selectiva”; su egoísmo privilegia al yo sobre la realidad que debía de conocer, y termina pensando “me conviene que la realidad sea así”. Viene luego el orgullo, que induce a la mentira, cimentada en el engaño a sí mismo, y no se ven las circunstancias como son –que incluyen amenazas, visibles para quienes mantienen mínimos de objetividad, como gobernadores firmantes advierten-.

Con madurez social construyamos poder social para el bien común, fortalezcámonos en saber dar y saber recibir-venciendo egoísmo y orgullo-, y facilitemos a otros sus proyectos en el orden del saber, del tener y del poder. Con sano realismo crítico, arranquemos con el diagnóstico personal y de nuestras comunidades y ciudades. “Sí hay de otra”.

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Juan Miguel Alcántara Soria
  • Juan Miguel Alcántara Soria
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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