Política

La lotería de la vacuna

  • Columna de Juan María Naveja Diebold
  • La lotería de la vacuna
  • Juan María Naveja Diebold

Aunque el combate mundial en contra de la pandemia ha sido pésimo, es admirable el desarrollo de las vacunas. Los poderes mundiales, públicos y privados, no titubearon y en menos de un año ya hay múltiples alternativas que en los próximos meses estarán disponibles al público. Podemos debatir si México apartó las dosis adecuadas o los nervios y escepticismo de algunas personas en vacunarse, pero el tema realmente interesante es el orden de quiénes tendrán acceso a las vacunas y cómo serán distribuidas.

Por el momento ningún país del mundo tiene dosis suficiente ni para su personal de emergencia, ni para sus habitantes en riesgo y aún menos para inmunizar a la población general. El personal de emergencia lleva ya un mes recibiendo vacunas y en algunos países los mayores de 65 años han empezado a vacunarse en las últimas dos semanas. La buena noticia es que aún con muy pocas vacunas ya se detectan cambios a la curva de contagio, el programa de vacunas va a funcionar. La mala noticia es que aún dentro de estos grupos el orden de quién recibe la vacuna es totalmente arbitrario y ha ocasionado un caos.

Aunque en menos de dos meses estarán inmunizados todos los mayores de 65 años en algunos países productores de las vacunas, la urgencia excede la logística de distribución para transportar y administrar las dosis. Las citas abren paulatinamente en líneas de teléfono de gobiernos locales y páginas de internet de supermercados, farmacias y hospitales. En foros web se susurran rumores de cuándo y dónde concertar las citas.

Entonces nos cuestionamos, más allá de la prioridad a personal de emergencia y población de alto riesgo ¿Cómo deberíamos asignar el orden de vacunarse? ¿Debería ser gratuito?

Si tratamos a la vacuna como cualquier otro bien o servicio en el mercado libre mundial, debería empezar como un producto de lujo a un precio altísimo que además de recuperar los costos para desarrollarla le deje una ganancia a toda la cadena de valor. Si no están de acuerdo con esto, deberían cuestionar si están de acuerdo en cómo hacemos todo lo demás, porque la pandemia va a terminar igual de rápido independientemente del orden en el que se administren las vacunas y así es como tratamos todos los otros bienes y servicios.

Si creen que todas las vacunas deben ser gratis, tienen el problema de cómo asignar el orden. Quizás es por edad, pero el riesgo no muestra una progresión lineal, así que eso es igual de aleatorio que hacerlo por estatura u horóscopo. La opción sería justa si hubiera suficientes dosis a la vez, pero simplemente no las hay.

La respuesta correcta, ética o no, es mucho más fría y capitalista. Las primeras dosis se debieron subastar a los mejores postores y utilizar las ganancias para acelerar la distribución de dosis gratuitas al resto de la población. Por supuesto que ni yo mismo tomaría esa medida si estuviera a cargo porque el público lincharía a quien lo hiciera, pero esa es la mejor decisión para todos.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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