El lunes pasado comenté en este espacio la inclinación que tiene AMLO por animalizar a los demás y hacer comparaciones entre el país y una granja (varios lectores me recordaron que a sus seguidores les llama "solovinos", en referencia a los perros que llegan solos). El tipo se cree muy simpático haciendo esos símiles: los políticos de otros partidos distintos al suyo son ganado porcino, animales que roban, que hacen tranzas, que forman una mafia. Andrés Manuel tiene bien puesto el ojo en el chiquero ajeno, pero es incapaz de poner la mirada en el propio.
Quizá uno de los más destacados elementos de su piara es el señor Ricardo Monreal. Se trata de un sujeto escurridizo. Un priista profesional, diestro para la trampa y la doble cara, el cinismo, el embute y, por supuesto, la ocurrencia. Monreal fue priista la mayor parte de su vida. Como su jefe Andrés Manuel, y como buen converso, ahora es un fanático antipriista, cree que es una buena manera de hacer olvidar su pasado. Y en muchas ocasiones lo logra. Pero lo que bien se aprende, no se olvida o, para usar una comparación animal como las de López Obrador: chango viejo no aprende maroma nueva.
En efecto, Ricardo Monreal (responsable de la delegación Cuauhtémoc) se sigue comportando como el viejo priista que es. También lo hizo como gobernador de Zacatecas, donde solapó corruptelas a sus hermanos y armó todo un emporio familiar político y económico. El año pasado fueron detenidas en Chiapas tres jovencitas que decían trabajar para Monreal y que tenían en su poder más de un millón de pesos en efectivo. El hoy delegado reclamó que era falso y que se trataba de una guerra sucia en su contra. La semana pasada uno de sus más cercanos colaboradores fue detenido con 600 mil pesos en efectivo. En esta ocasión Monreal también declaró que se trata de una guerra sucia en su contra.
Desde su llegada a la Jefatura Delegacional, las colonias de la demarcación han visto como ha incrementado de manera impresionante la delincuencia y la inseguridad. Si se le reclama algo no solamente dice que es guerra sucia, sino que es un problema de la ciudad en general, lo que es absolutamente falso. Basta preguntarle a los habitantes de la Condesa cómo les ha ido desde la llegada del representante de Morena.
El problema es que no dar explicaciones se ha convertido en una política pública de este señor. A saber cómo le diría López Obrador, si cochino o rata de dos patas.
Twitter: @juanizavala
