Las dos instituciones que representan a la Comarca Lagunera en el plano deportivo profesional están en sana disputa por acomodarse bien o mejor entre los suyos.
En apariencia, cada quien tiene sus propios “suyos”, pero en un segmento de mercado, que es amplio, se reduce a la misma gente que como amante del deporte, le gusta hacerse presente con uno y con otro de manera indistinta.
Dependiendo cómo se encuentre el “ánimo de los resultados” de cada organización, es el fervor y el entusiasmo del apoyo.
Las simpatías existen para ambos, no hay duda, sólo que los de color verde andan un poco perdidos, y los de guinda han levantado sensiblemente y pusieron en aprietos a su rival.
Da gusto ver esta realidad porque significa el interés que existe.
La región tiene de dónde escoger, a su gusto y a sus conveniencias.
Podrá reclamar y sentirse triste pero también tiene enfrente y cerca a quién acudir para sanar sus emociones.
Se sabe que los deportes son distintos, con diferente grado de dificultad cada uno pero el sentimiento va y viene y se acomoda a su conveniencia con el que mejor le responda.
Los Algodoneros andan santificados y Santos transita entre “algodones”. Es la socialización natural que producen las buenas o las malas vibras y no es cuestión de capricho.
Los resultados mandan siempre en cualquier entorno.
La gente se mueve según le convenga y de acuerdo a la temporada, frío o calor, alegría y tristeza, empatía o separación. Es la ley de “la plaza” la que encamina las preferencias.