Estos dos entes nada tienen en común, Están en industrias distintas y participan con diferente entorno.
Si le buscamos con interés descubriremos que el mexicano se ha devaluado mucho y su verbo ya no le alcanza.
Lo designaron en el cargo para que otros se escondieran más que por sabiduría.
Su gran mérito ha sido saberse colar en las esferas europeas y de ahí deslumbrar a los que se dejan.
El futbol mexicano hecho con jugadores nativos de este suelo por su propia naturaleza es de escasa calidad.
Por más que se afanen algunos en verle capacidad para competir en niveles superiores no llega hasta allá la ilusión.
Javier Aguirre, ya demostrado, tiene un tope bajo porque es humano y no mago ya que él poco podrá modificar para bien.
Lo trajeron para ocultar al “Jimy” Lozano porque el mal llamado “perfil” de Jaime no encajaba con el interés del “glamur” que pretenden tener.
¿Y los Dodgers?
Hasta el mediodía del lunes 14 octubre estaban acariciando la perfección en el pitcheo lo cual fue toda la temporada su lado más flaco.
Las lesiones de sus lanzadores obligaron al manager a establecer un formato que ya algunos lo están imitando: el “bulpen” abridor.
Los relevistas son sustituídos cada entrada o antes si es necesario hasta agotar existencia.
El sistema tradicional de relevar se ha modificado abiertamente. Guste o no, parezca o no, convencidos o mal heridos, poco a poco ha venido dando excelentes resultados.
La historia del beisbol no lo consigna en sus anales como algo preciso y confiable. Provoca dudas naturales pero lo atractivo para ellos es que se disciplinan a la nueva norma.
No importa qué pitcher gane el juego. Todos están al servicio de todos sin reclamos, ni soberbias y sin envidias.
Los pitchers no abridores son los que soportan el juego.
En apariencia todo innovador en tiempos de dudas.