Podemos reunir varios elementos que nos indican el alto grado de dificultad que encierra la visita de Santos a Toluca. Los imponderables que también afuera de la cancha actúan, hoy se están poniendo de acuerdo para ayudarle al Demonio a ganar la revancha y a pagar el saldo pendiente que el infierno tiene con el cielo. Para empezar, Toluca perdió en su casa el pasado domingo contra León. Y vuelve a jugar en casa. Esta simple variable señala que es muy complicado que un equipo con jerarquía pueda perder dos juegos seguidos en su morada.
Lo anterior no es futbol, es estadística, es numerología, pero en su afán de conquistar nuevos espacios entre los incrédulos, se propone hacerse presente. No es imposible que Toluca vuelva a perder. Sólo es sintomático que ya sucumbió en su averno hace cinco días. Además, el demonio no olvida que en su propia cara y casa, el rival en turno, le acaba de levantar el máximo trofeo del país. Eso duele, cala, no se olvida, y prepara un ataque de represalias, para vengar la afrenta.
Otra variable. Jugar a medio día en la altura, es incómodo para los visitantes. Es una prueba para el plantel lagunero y más para los cuatro nuevos que ya tienen regularidad en las alineaciones. Entre oxigenación, precaución, aplicación, disciplina táctica y fortuna, se podrá medir el posible resultado del Santos en la capital del gran estado. De alguna manera, los laguneros han sabido rescatar algo decente de esa aduana roja. Los famosos penaltys fallados de recuerdo molesto del 2010 son un reflejo que algo indica. En aquella ocasión, el subcampeón debió haber sido el campeón.
Este domingo el subcampeón recibe al campeón. Es la fecha que los rojos esperaban para llamar a juicio a los intrusos del 20 de mayo pasado que se atrevieron quemar su infierno. No se espera tanta calamidad en contra del mal, a menos que el campeón ofrezca algo excelso y tengamos que reconocerle su amplia superioridad. Esto no es un pronóstico como tal. Es revisar variables que con cierta lógica nos inducen a ser sensatos y concluir en consecuencia.