Política

El Día de la Marmota

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  • Jesús G. Reséndiz Silva

el Día de la Marmota es una película cómica que se estrenó en 1993. Trata sobre un meteorólogo (Bill Murray) que tiene que ir a cubrir el Día de la Marmota en un pueblo de Estados Unidos. Este día es una tradición popular, vigente en aquel país, en la que se reúne la población para observar la salida de una marmota de su madriguera. Si la marmota sale, ve su sombra debido al día soleado y regresa a su morada, significa que el invierno durará seis semanas más. Si el simpático animalito no ve su sombra, se cree que la primavera llegará pronto.

Además de cubrir este supersticioso evento, Murray se enfrenta a un problema. Una vez que termina de reportear, el meteorólogo se ve obligado a quedarse en el pueblo por una fuerte nevada. Al despertar en la mañana siguiente, se da cuenta que el Día de la Marmota se repite. Es decir, todo lo que vivió el día anterior lo vuelve a experimentar. Por días, Murray se levanta viviendo lo mismo.

En México tenemos nuestros Días de la Marmota. Las elecciones políticas y la discusión en torno al presupuesto de egresos son algunos de ellos. En ambos casos, siempre presenciamos la misma película. En el primer acto, vemos pasar las promesas y todos nos emocionamos. Después, nos dicen que no se pudo cumplir con lo que se prometió porque supuestamente el dinero no fue suficiente para cubrir las necesidades. En esta escena, todos nos resignamos y esperamos a que nuevamente nos emocionen con las promesas.

Estados Unidos no solo tiene un Día de la Marmota real. En estos momentos, como en todos los años, se da una tensa discusión en torno al techo de deuda pública. Se debate la necesidad de subir el límite de endeudamiento para que el gobierno tenga la capacidad de gastar más en sueldos, inversión, salud, etc. Lo curioso es que ex titulares de la Reserva Federal y del Tesoro consideran que tal límite debería ser eliminado definitivamente.

Esta discusión tiene a la gente con los nervios de punta. Algunos medios de comunicación, analistas, y políticos espantan a la población diciendo que Biden puede quedarse sin dinero para cubrir los gastos públicos.

Hemos dicho sin cansancio, que ni México y Estados Unidos pueden quedarse sin su dinero. A menos que voluntariamente así se decida. Ambos países poseen algo valioso: tienen soberanía monetaria. En este sentido, es muy probable que la historia termine cuando el Congreso decida elevar el nivel de endeudamiento.

Por otro lado, existe un atajo legal para que el gobierno de Biden se salte al Congreso y así acceder a financiamiento. Consiste en acuñar una moneda de platino con valor de un billón de dólares. El Tesoro depositaría la moneda en su cuenta que tiene en la Reserva Federal.

Y aquí es donde la magia sucede. Esta operación llenaría automáticamente de dólares el bolsillo del gobierno norteamericano. Con ello, Biden no interrumpiría el suministro de gasto público hacia la economía. La Reserva Federal seguiría con sus objetivos de política monetaria sin ningún problema.

No hay razón para vivir sufriendo en un interminable Día de la Marmota. El hechizo se rompe cuando se entiende que en México y Estados Unidos se puede crear el dinero público que necesitamos. _

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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