Salvo sus excepciones, el equipo de colaboradores del alcalde, Román Alberto Cepeda González, puede considerarse de nivel y en algunos casos incluso de lujo.
En la contraparte, también hay prietitos en el arroz.
En lo general, Cepeda González puede presumir que tiene material humano en el cual apoyarse para realizar una gestión positiva y superar por mucho lo efectuado por su antecesor, el panista Jorge Zermeño Infante, que otra vez se sintió decepcionado por la deficiente labor de una buena parte de sus colaboradores, varios de los cuales, además, habrían incurrido en irregularidades más y menos graves.
En el área de Cultura, el nuevo alcalde, de extracción priista, tendrá en la persona de Antonio Méndez Vigatá a un funcionario de lujo, de mucho nivel, que contrasta con su antecesor, Elías Agüero Díaz, cuyo trabajo estuvo marcado por la polémica, quejas y denuncias.
Desde la primera sesión de Cabildo, la secretaria del Ayuntamiento, Natalia Fernández, ha mostrado experiencia y muchas tablas, mientras que del director de Obras Públicas, Juan Adolfo von Bertrab se esperan cosas plausibles, y lo mismo de María Esther Rodríguez, al frente del Tribunal de Justicia Municipal, ya que cuenta con más de diez años en el servicio público.
Carlos Bustos también tiene talento y vocación de servicio para ejercer como director del DIF Torreón.
Otros nombramientos obedecen a los consabidos compromisos, más allá de que llenen el perfil o no, a los que Román Alberto no pudo sustraerse.
El prietito en el arroz lo constituye la directora de Desarrollo Económico, Kena Yáñez Martínez, funcionaria que por presuntos actos de corrupción que había cometido hace 15 años en el Estado de Nuevo León, fue inhabilitada por cuatro años para ejercer un cargo público.
El período de inhabilitación ya se cumplió, ciertamente, pero el antecedente no se borra, por lo que los regidores que integran la Comisión de Desarrollo Económico, citaron a comparecer a Yáñez Martínez.
Cepeda González ha subrayado e insistido en que su gabinete tiene toda su confianza pero que el puesto deberán ganárselo día a día.
