Mucho se habla de la relocalización de empresas hacia México; sin embargo este hecho aún no se ve reflejado en los indicadores de inversión extranjera directa (IED) según las estadísticas dadas por la Secretaría de Economía para el 2022. Pero por otro lado, sí se manifiesta en la escasez de espacios en los parques industriales particularmente del norte del país.
A raíz del dislocamiento de las cadenas de suministro debidas a la pandemia, pero mayormente por la multimencionada guerra comercial entre Estados Unidos y China a la que se suma la regionalización de la producción en Norteamérica derivada del tratado comercial entre los tres países de esta zona geográfica, se crea un escenario idóneo para que nuestro país aproveche de mejor manera estas ventajas para una mayor atracción de inversión con sus consecuentes beneficios.
La posición geográfica de México con respecto al mercado más apetecido del planeta es un tema de gran valor que solo tenemos nosotros; sin embargo, me parece que como gobierno no estamos haciendo lo suficiente para meter el acelerador a fondo y convertir estas expectativas en realidades, y más bien nos congratulamos del récord año con año de las remesas en donde el mérito que tenemos como país, es el ser expulsores de compatriotas.
El tema de certidumbre jurídica es un elemento que debe abordarse muy en serio, además del tema de la inseguridad.
Es urgente e importante enderezar el rumbo para acercarnos más a nuestros socios T-MEC en lugar de mirar hacia el Caribe y otorgar distinciones a Díaz-Canel que nada aportan a nuestro desarrollo económico y sí nos puede significar un tropiezo en nuestra ruta hacia el norte. Tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe y eso por nada nos conviene.
José Santana Zúñiga
