Código postal. Fue tan abrumador el dominio del United que en el mundo le llamaban Manchester: el equipo de Bobby Charlton, Alex Ferguson, Bryan Robson, Mark Hughes, George Best, Eric Cantona, Roy Keane, Ryan Giggs y David Beckham le dio un apellido a la ciudad. Durante décadas, el United hizo de Manchester una de las grandes capitales del futbol mundial: hoy no está tan claro que lleve su apellido, ni que su código postal le pertenezca a un solo equipo. La principal hazaña del City no ha sido ganar la Champions, sino borrar al United del mapa. A partir de aquí cuando digamos Manchester pensaremos en el City y cuando digamos United, también.
El gasto y el gusto. El triunfo del City en Europa avala una forma de jugar, pero sobre todo una forma de invertir: podemos decir que su modelo se trata de gastar y gustar. Hay equipos que gastan millones, pero no le gustan a nadie; con el City pasó lo contrario: a la gente le gustaba lo que gastaba. Su problema era que siempre le faltaba algo para completar el peso que llevan en la bolsa todos los equipos grandes. Mientras más tiempo pasaba sin ganar la Champions, más riesgo corría de convertirse en una organización muy rica, pero desafortunada. A pesar de su enorme fortuna, el City consiguió jugar durante todos estos años como un equipo sencillo: y ahí es donde tiene su riqueza. Al levantar el título de campeón europeo, más que un peso, el City se ha quitado miles de millones de pesos de encima.
Mitad y mitad. La mitad del futbol que no soporta a Guardiola le exigía ganar otra Champions para demostrar que su carrera no dependía de Messi. La otra mitad del futbol, que cree en su trabajo, quería ver a Messi en el City de Guardiola para que se despidiera del futbol europeo ganando la última Champions de su carrera. Ambas partes, seguidores y detractores, jamás se pondrán de acuerdo en quién hizo mejor jugador a Messi y quién mejor entrenador a Guardiola. Esta división de opiniones solo existe en el fundamentalismo de las redes donde el futbolista no juega y el técnico no entrena. En la vida real, donde Messi fue el mejor jugador dirigido por Guardiola y Guardiola el mejor entrenador que tuvo Messi, no hay discusión: son únicos.