La oscuridad
Testigos y especialistas que observaron en los juzgados de Barcelona la declaración de Daniel Alves Da Silva, a quien tenemos que dejar de llamar “Dani”, coincidieron en que su actitud durante la audiencia evidenciaba los típicos factores de riesgo que provocan violencia: “el acusado mostró en todo momento un talante narcisista, rodeado de una sensación de impunidad y seguro de estar más allá del bien y del mal”. La descripción corresponde al tipo de personajes que se han bebido el veneno de la fama, respirado los gases de la fortuna y devorado la pulpa vanidosa que produce ese lado cada vez más oscuro, salvaje y cobarde del deporte, que algunos tratan de esconder o minimizar, pero que ha sido capaz de engendrar animales y refugiar criminales.
La luz
Aficionados, medios de comunicación, entrenadores y padres de familia, debemos revisar muy bien con qué clase de “ídolos” se están identificando las nuevas generaciones, y con qué clase de héroes quisiéramos que se identificaran. Porque no es lo mismo morir de pasión por el ídolo, que vivir la vocación del héroe: uno mata y el otro salva. Damos por hecho que cuando un deportista es carismático y ganador, también es educado y ejemplar. Nuestra sociedad ha codificado el deporte como un modelo de éxito basado en el dinero y la popularidad, que hechiza a niños y jóvenes causando en ellos una terrible confusión deportiva. No importa a qué nivel se juegue, practique o compita: la única y brillante luz del deporte es: formar, compartir y acompañar. Lo demás son focos, puro espectáculo, a veces ocio, en ocasiones vicio y en otras un enorme desperdicio.
La raza y el espíritu
Cortar, rescindir, alejar, olvidar y borrar de manera fulminante cualquier vínculo, contrato, relación o recuerdo que los Pumas de Universidad hayan tenido con el jugador Daniel Alves Da Silva, ha sido una clara señal de prudencia, independencia, contundencia y coherencia, que se agradece en tiempos de titubeos sociales, educativos, deportivos y jurídicos. Los principios de la UNAM, pilares fundamentales de nuestra nación, son herencia y guía de los jóvenes estudiantes y deportistas, que continuarán defendiendo el espíritu de su raza.