Cuando damos a la palabra cantera la responsabilidad de un adjetivo para calificar al joven que nace, crece y se reproduce en la misma escuela, con el mismo estilo y valores deportivos, encontramos uno de los conceptos más poderosos del futbol: canterano; más que una palabra o definición, cantera es un territorio y canterano un acta de nacimiento.
Pero en el Barça han ido más allá, colocando los límites de su cantera y la identidad de sus canteranos a niveles culturales, incluso familiares, que heredan a sus futbolistas un espíritu fraternal para interpretar el juego y un estado civil para jugarlo: ser canterana o canterano del Barça es prácticamente una nacionalidad.
Hace 14 años, cuando el Barça de Guardiola propuso la última revolución del juego, un puñado de futbolistas nacidos en La Masía encabezados por Messi, Xavi, Iniesta y Busquets, fueron el canon donde se reflejaron las futuras generaciones de canteranos.
Durante todo este tiempo el futbol ha buscado a sus herederos sin darse cuenta que no serían ellos, sino ellas: en palabras de Guardiola, Aitana Bonmatí, canterana del Barça, Campeona Europea de Clubes, mejor jugadora europea, Campeona Mundial y flamante Balón de Oro, es descendiente directa de Andrés Iniesta.
Bonmatí, que desde los 11 años edad se crio mirando jugar a las máximas figuras en la historia de su equipo, terminó jugando a imagen y semejanza de ellos. Esta transmisión de valores, habilidades, estilos, conocimiento e identidad, es única en el mundo del futbol. Es una metáfora, pero Bonmatí, se parece más a Iniesta que a sus padres.
Si alguien todavía no la ha visto jugar, es indispensable que lo haga con regularidad por genuina admiración y afición al juego. En Bonmatí se encuentran los detalles más originales y diáfanos del futbol. La mejor jugadora del mundo expresa este deporte dentro y fuera del campo como nadie en la actualidad.