Un gol de Garnacho encendió las redes sociales durante horas, dos cosas hay que analizar de esta anotación que quedará archivada en los servidores del futbol mundial: la primera es que cada vez son menos los grandes goles que dan la vuelta al mundo, el suyo parece un golazo de otra época por las reacciones que causó, el impacto que provocó y la imagen que dejó; futbolista y balón detenidos en el tiempo recreando el gol que había soñado una multitud.
Hace muchos años este tipo de remates y jugadas llegaban por racimo los fines de semana, en Italia sobre todo cuando jugaban los mejores extranjeros del mundo en el mismo campeonato, pero también en España, donde Hugo Sánchez era un espectáculo en sí mismo.
Rebobinando la obra de Garnacho confirmamos que el futbol moderno ha ganado fuerza y ha perdido arte, este es un viejo debate que debemos dar por terminado.
Lo segundo que hay que analizar es lo difícil que se ha vuelto para los aficionados de todas partes ver y disfrutar goles como el de Garnacho o de cualquier otro poeta que juegue en las principales Ligas mundiales: las más caras.
Los derechos de transmisión con bloqueos territoriales van persiguiendo la difusión digital de sus “clips” por toda las redes, impidiendo que cualquiera pueda subirlo, mirarlo y compartirlo en Twitter, Facebook o YouTube, obligando al público y a los usuarios a acudir a las plataformas con derechos para verlos sin problemas y de manera legal. El aviso: “Este video no está disponible en tu ubicación”, dice mucho de la digitalización del futbol a la que, en México, aún no estamos tan acostumbrados
Se trata de pagar por ver, pero por encima de todo, evitar la piratería de señales, transmisiones, highlights y derechos. Este no es un debate tan viejo, pero cobra sentido cuando vemos que un gol como el de Garnacho se convierte en un producto exclusivo de la Premier League y sus millones de clientes.