Príncipe
La vida de Andrés Guardado ha sido una carrera, salió de México como un niño inquieto y travieso de pelo ensortijado, para convertirse en líder de la selección nacional, capitán de mil batallas, veterano de cuatro Mundiales, padre de familia, y el futbolista mexicano con más partidos jugados en Europa: 496 con en el Rayo vs Betis de ayer. Guardado lleva más de 14 años cumpliendo con cabalidad las reglas de oro de los grandes atletas: tenacidad, personalidad y calidad. Durante todo este tiempo le ficharon 5 equipos en 3 países distintos, más que una estadística, es una herencia: su impecable y elegante trayectoria europea, es un tesoro para los jóvenes futbolistas mexicanos, que nadie la despilfarre.
Corona
Salah y Mané del Liverpool, Aubameyang y Thomas del Arsenal, Mahrez del City, Achraf del PSG, Mendy del Chelsea, Onana del Inter, Zaha del Crystal Palace, Ilaix del Leipzig o Chuckweze del Villarreal; no son vistos por el poder del futbol de la misma manera cuando juegan para Egipto, Senegal, Gabón, Ghana, Argelia, Marruecos, Camerún, Costa de Marfil, Guinea o Nigeria. Esa doble moral provoca que la FIFA mire de reojo la Copa Africana de Naciones que arrancó ayer en Camerún, donde solo está vacunada el 4% de la población. Por nombres, espectáculo y colorido, esta Copa debería ser uno de los torneos de selecciones más atractivos del futbol; no por su organización, calendarización y la escasa colaboración de FIFA: más interesada en su Mundial de Clubes y preocupada por cada detalle del multimillonario Mundial de Catar.
Estrella
Sucede en todos los deportes, cuando un equipo histórico, popular y poderoso vuelve a los primeros puestos, de inmediato cobra vida un factor que ilusiona a sus fanáticos y provoca aversión en sus detractores: la memoria deportiva. Los Vaqueros llegan a los playoffs con un juego caliente, un mariscal de campo enrachado y una obligación con su ensombrecido y taciturno brillo plateado: volver al Super Bowl. A punto de cumplir 26 años sin títulos, Dallas mantiene esa extraña sensación que rodea a los equipos célebres: se llama peligro, precaución. Algo tienen estos Cowboys que muy pocos querrán despertar: su solitaria estrella.
José Ramón Fernández Gutiérrez de Quevedo