Al salir del campo en Melbourne Rapinoe y Morgan dejaron atrás una de las trayectorias más brillantes en la historia de cualquier selección nacional de futbol, pero los triunfos de estas chicas californianas, ganadoras de dos Copas del Mundo y un Oro Olímpico entre una extraordinaria colección de títulos, no será su mayor contribución al desarrollo de este juego: Morgan y Rapinoe llevaron el fútbol femenil al estrellato colocándolo y colocándose junto a las principales figuras del deporte mundial de su época. No podemos entender este periodo estelar del primer cuarto de siglo sin los nombres de Federer, Messi, Bolt, Phelps, Serena, Cristiano, Hamilton, Nadal, Djokovic, Brady, Biles, LeBron, Morgan y Rapinoe. Quizá no sean las mejores futbolistas de todos los tiempos, pero sin ninguna duda se trata de las dos jugadoras más influyentes en la historia del fútbol femenil. Alex revolucionó el mercado convirtiéndose en uno de los mayores reclamos publicitarios de esta generación, convenció a las marcas más relevantes de invertir su dinero en el nuevo negocio de las futbolistas con una imagen impecable y se volvió un ejemplo para niñas y niños en todo el mundo. Megan, dueña de una fuerza y personalidad demoledoras, fue la portavoz y parlamentaria de millones de jugadoras que encontraron defensa y esperanza en la profundidad y contundencia de sus palabras. La dupla Rapinoe-Morgan, espectacular dentro del campo de juego con la selección de los Estados Unidos, ha sido todavía más determinante fuera de las canchas. Este par de jugadoras compitieron por un partido diferente a lo largo de sus carreras. El fútbol femenil fue otro a partir de ellas, y será otro mucho mejor después de ellas. Hay deportistas capaces de cambiar su deporte: Comaneci, Billie Jean King, Annika Sorenstam, Dawn Fraser, Kathy Switzer o Williams; el tiempo pondrá a Rapinoe y Morgan en este lado de la historia.
Alex y Megan
- Cartas oceánicas
-
-
José Ramón Fernández Gutiérrez de Quevedo
Ciudad de México /