El sábado pasado, se cumplió el primer año del deceso de uno de los personajes icónicos de la cultura mexicana y mundial, el maestro Francisco Toledo.
Escribí deceso porque un personaje de la talla de Toledo difícilmente muere.
Es muy difícil ubicar la actividad de Toledo, pintor, dibujante, escritor, ensayista, escultor, ceramista, activista; él, cuando le preguntaban sobre su obra, decía que “garrapateaba” sobre lienzos como todos los niños cuando quieren dibujar algo y que no podía decir que fuese activista porque no sabía a qué se refería el término.
Poca gente ubica al maestro Toledo como paisajista; rememorando a Toledo, este sábado pasado busqué en mi archivo fotos de mis visitas al Jardín Etnobotánico de Santo Domingo en Oaxaca capital, donde pude recordar el impacto que tuvo en mí el simbolismo plasmado por Toledo y colaboradores en dicho espacio y cómo le dan vida a la cultura oaxaqueña en ese esplendoroso espacio.
El Jardín Etnobotánico de Oaxaca forma parte del centro cultural Santo Domingo, creado en un antiguo convento dominico construido entre los siglos XVI y XVII, que sirvió como cuartel militar desde mediados del siglo XIX hasta 1994, año en que por iniciativa de los artistas plásticos Francisco Toledo y Luis Zárate en conjunto con la Asociación Civil Pro Oaxaca, inicia el proyecto de restaurar el antiguo edificio y crear un jardín botánico que representara la diversidad vegetal y su impacto en la cultura de todo el estado.
Imagine sólo un patio rectangular de altos muros de cantera de ese antiguo convento, en el que existe un sólo árbol, un huaje (que le da nombre al estado de “huajaca”) y en el otro extremo de ese patio tan grande una fuente contenida en un pequeño muro que muestra en una de sus caras la greca típica de las ruinas de Mitla; de ésta brota agua roja, teñida con cochinilla del nopal que fluye por un canal (la sangre de Mitla que rememora la sangre derramada por los locales para construir ese convento).
El jardín cuenta sólo con plantas de Oaxaca, se han llevado piedras de diferentes partes del estado, y sólo hay plantas del estado; se conocen los usos de dichas plantas por sus propiedades medicinales, alimenticias o su uso en la vestimenta, ceremonias o elaboración de bebidas, dulces, etcétera.
En 2.3 hectáreas se cuenta con 950 especies vegetales que representan apenas el 11% de las plantas de Oaxaca.
Adicionalmente a este espacio, gracias al activismo de Toledo se creó el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca, el Centro de las Artes de San Agustín, el Instituto de las Artes Gráficas de Oaxaca, el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo y la Casa de Cultura de Juchitán.
Si no conoce la obra de Toledo, búsquelo en internet y no pierda la oportunidad de conocer el legado de este gran personaje de la cultura del México contemporáneo.