La palabra agua viene del latín “aqua”, que a su vez proviene de la raíz indoeuropea “akwa”; con ese término nos referimos a la fase líquida de una sustancia fundamental para la vida en el planeta compuesta por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno.
También puede estar en forma como el hielo o en estado gaseoso como el vapor de agua.
El cuerpo humano contiene entre 55 y 74% de agua. Se calcula que un humano promedio debe tomar cerca de dos litros de agua al día.
Sabemos que 71% de la corteza terrestre del planeta tierra es agua, equivalente a 1,338 millones de kilómetros cúbicos, de los que el 96.5% es agua salada y sólo el 3.5% es agua dulce.
De esa agua dulce, el 70% está congelada en glaciares y casquetes polares, 29% está en el subsuelo en pozos y acuíferos y el 1% corre por cuencas como arroyos y ríos.
El calentamiento global también repercute en la disponibilidad del agua para beber.
Varias agencias dedicadas al estudio del agua estiman que, por cada grado de calentamiento global, aproximadamente un 7% de la población mundial estará expuesta a una disminución de al menos 20% de los recursos hídricos renovables.
Como consecuencia del calentamiento global ligado a la actividad humana, recientemente, se declaró extinto el glaciar “Ayoloco”, ubicado en la cumbre del volcán Iztaccíhuatl y que era visible desde el Valle de México; se considera que la desaparición de esa cubierta congelada impactará en la disponibilidad de agua y regulación del clima.
El monitor de sequía en México, indica que hasta mediados de abril el 85% del país sufre algún grado de sequía. Aunque ya inicia la temporada de lluvias, todo parece indicar que buena parte del país resentirá el efecto de la sequía.
En la previsión del futuro, necesitamos asegurar el recurso hídrico, necesitamos políticas innovadoras que propongan soluciones reales y a largo plazo para dotarnos a futuro del derecho humano al agua.
México, junto con Tailandia es el principal consumidor de agua embotellada en el mundo con un consumo de 274 litros al año.
Siendo la principal causa de este consumo, la falta de confianza en la calidad del agua potable que suministran los organismos operadores.
La gestión de agua potable, en cantidad y calidad es un tema urgente y debería estar en la agenda política de nuestro país y nuestra región.
Los cambios de conducta social con respecto al cuidado y manejo eficiente del recurso hídrico son apremiantes.
Es una buena pregunta para los candidatos en esta temporada electoral, que han hecho, qué proponen o cuál es su punto de vista sobre los proyectos actuales.