Nunca como antes, este 15 de mayo en que se celebra el Día del Maestro será tan significativo como ahora, cuando su labor se ha vuelto más intensa, más complicada, y más difícil, por la situación de todos conocida. Esta vez no habrá festejos en las escuelas y en los restaurantes o salones para el baile tradicional. Tampoco recibirán regalos de sus alumnos, ni el reconocimiento público por parte de las autoridades educativas para todos aquellos que suman varias décadas de servicio profesional.
No hace falta dar más explicaciones, el panorama escolar desde hace meses es desolador. Las imágenes de las aulas en donde está su lugar de trabajo permanecen cerradas, es triste. El patio de las escuelas permanece en silencio; si acaso de vez en cuando es sorprendido por el trinar de las aves, o el ladrido de algunos perros; nada más. La ausencia de los niños llena de nostalgia cada centro educativo de este país. Y lo mismo pasa en todos los demás niveles. Secundarias, prepas e instituciones de nivel superior son inmuebles solitarios que atestiguan los tiempos que se viven, y con una prolongada espera que no parece tener final. Pero mientras esto sucede, desde sus casas maestros y maestras preparan y ajustan sus planeaciones, organizan material, revisan sus listas, y utilizan la tecnología que tienen a su alcance para hacer mejor cada sesión. Asimismo, pasan un buen rato asesorando a los padres de familia, o a quienes están a cargo de los niños en casa; y por último imparten clases.
Las condiciones no son las mismas; sobre la marcha, algunos docentes han tenido que aprender a manejar determinada plataforma en sus computadoras, y también han tenido que lidiar con diversos inconvenientes que van desde las fallas en internet, los reclamos por parte de alguna madre que no puede hacerse cargo de su hijo porque debe trabajar, o quienes se atrasan con las tareas, entre otros casos. Y uno por uno de esos problemas deben darle solución.
En la actualidad la figura de los maestros y las maestras ha cambiado. Son personas versátiles cuya dedicación a su trabajo a distancia es admirable. Sabiendo pasar por alto las críticas de que son objeto, las burlas y los memes que circulan en redes sociales se esfuerzan por cumplir con la misión encomendada que se cifra en la palabra Educar, la cual es el emblema de esta noble profesión.
Se educa con Valores. Cierto, solo que en la escuela lo que se enseña son Valores Informativos; en casa corresponde aprender los Valores Formativos. Sin embargo, con su buen ejemplo dentro y fuera del salón de clases, cada maestro, cada maestra, también enseña estas cualidades Éticas y Morales, para hacer de cada alumno una persona que sepa integrarse a la sociedad.
Esta vez la celebración del Día del Maestro será diferente. Cada quien lo festejará en su domicilio, a solas o con sus seres queridos; sabiendo que detrás de la pantalla de su computadora estarán más de uno de sus alumnos agradecidos por sus enseñanzas en la distancia.