El cartujo escucha al Presidente de la República vociferar contra la prensa una y otra vez; altanero y furioso se lanza por enésima ocasión contra “los periódicos conservadores, los que leen los fifís”, advirtiendo: “nosotros vamos a seguir polemizando, vamos a seguir sacudiendo conciencias, zarandeando para que se despierte, se entienda” y nadie —podría haber agregado— vuelva a darle un voto a la oposición o critique a funcionarios ejemplares como el subsecretario de Salud Hugo López-Gatell o el Fiscal General “autónomo” Alejandro Gertz Manero, a quienes los medios han osado reprochar algunas de sus impecables decisiones.
Por eso, para no seguirse exponiendo a un desgaste innecesario, el doctor López-Gatell dio por terminadas este viernes sus conferencias vespertinas; mientras, como desagravio a tantos años de rechazo, el doctor Gertz Manero fue admitido como investigador nivel III en Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt, donde María Elena Álvarez-Buylla enfrenta enjundiosa los males y prejuicios de la “ciencia neoliberal”.
En un reportaje publicado en Animal político, la periodista Nayeli Roldán narra el largo recorrido del ahora titular de la Fiscalía General de la República para ingresar al SIN, donde los neoliberales le cerraron reiteradamente la puerta desde 2010 con argumentos tan endebles como presentar trabajos “de limitada calidad en la investigación de práctica científica”, con “escaso aparato crítico” y “deficiencias elementales en el manejo de la técnica de investigación documental”. Además, como si no tuviera sentimientos, como si la verdad no doliera, dictaminaron: “Su obra no puede considerarse de investigación pues no corresponde a la creación de conocimiento nuevo, no tiene metodología ni aparato crítico, sino que solamente constituye la opinión del autor”.
El fiscalemprendió una cruzada para revertir esa decisión
Al sentirse discriminado por no poder alinear entre los mejores científicos del país, solo por carecer de méritos, Gertz Manero emprendió una cruzada para revertir esa decisión. Y lo logró, sin argucias, sin escudarse en su poderoso cargo, con la conciencia tranquila y una obra digna del Nobel.
Queridos cinco lectores, El Santo Oficio los colma de bendiciones. El Señor esté con ustedes. _
José Luis Martínez S.