Dentro del bajón de juego que ha mostrado Santos Laguna en el último mes y medio, el partido de anoche es el que mejor jugó, generó oportunidades claras y manifiestas de gol y debió ganar.
Sé que en esta mañana de lunes, la mayoría de los aficionados santistas estarán molestos por no ganarle al América, pero viendo el accionar del equipo cabe la esperanza de que se pueda competir en la liguilla, situación que no ocurría hace dos o tres semanas.
El problema del equipo sigue focalizado en el mediocampo. El hecho de que Jesús Isijara fuera a la banca y que salieran del partido Brian Lozano, Osvaldo Martínez y Ayrton Preciado en su función de volante por izquierda, remarca el problema que ha tenido la escuadra albiverde en las últimas seis jornadas y que hemos señalado en este espacio.
Aún con esos problemas, Jonathan Rodríguez y Julio Furch se las arreglaron para generar opciones de gol, con algo de participación del ecuatoriano Preciado.
Tras un disparo de Ayrton y atajadas de Marchesín, Julio Furch falló solo frente a la portería, algo similar a la que erró Luis Madrigal con Rayados hace dos semanas.
Pero el atacante argentino se repuso de esa opción fallada para rematar con alto grado de dificultad un tiro de esquina, desplazándose hacia atrás y girando el cuello para poner la pelota pegada en el poste y adelantar a Santos Laguna.
América aplicó el método al que más ha recurrido en el actual torneo para anotar, pelota detenida, en tiro de esquina, que remató con la cabeza Bruno Valdez para igualar el marcador.
A partir del empate, las Águilas rehusaron el ataque y se dedicaron a retrasar el partido. Salvador Reyes buscó con Déinner Quiñones, Carlos Orrantia y Javier Cortés encontrar algún tipo de variante en ofensiva.
Jonathan Rodríguez tuvo la última opción clara de anotar en un disparo a la media vuelta dentro del área que se fue por arriba de la portería.
Fue así como el partido que más opciones hubo de anotar y ganar, el resultado terminó en empate, son cosas del fútbol.