Querétaro fue el segundo equipo que no se intimidó en el TSM y el primero que se mantuvo competitivo aun cuando se fue abajo en el marcador.
En el actual torneo hemos visto como se fueron para abajo Chivas, Juárez, Puebla y Xolos en cuanto recibieron el primer gol.
La escuadra de los Tuzos fue la primera que no se intimidó como visitante en la Comarca Lagunera.
Gallos Blancos mostró la diferencia de nivel de un equipo que ha competido entre los primeros tres lugares de la clasificación. Salió en el inicio del juego a buscar la portería contraria y las primeras dos opciones claras de manifiestas de gol las tuvieron en los primeros tres minutos de actividad.
Durante los 15 minutos de arranque, los visitantes tuvieron quietos a los Guerreros y mantuvieron a la expectativa a los aficionados en la tribuna, hasta que Matheus Dória tomó una pelota a 30 metros de la portería de Gil Alcalá para sacar un rayo pegado al poste derecho para poner al frente a la casa en el primer disparo a portería de los santistas.
Pero el conjunto queretano absorbió el golpe de la anotación en contra y siguió con su plan de juego: circular la pelota en medio campo y buscar disparos en los linderos del área. Gallos Blancos aprovechó los espacios para transitar la pelota.
Lo que no resultó para ellos fue intentar jugar como Tigres, saliendo con el balón desde su propia zona defensiva; fueron torpes y cometieron constantes errores que no terminaron en gol por hierros santistas a la hora de definir.
En la escuadra rosa y negro apareció la famosa presión alta, encabezada por Furch, provocando fallos que dieron emoción en la tribuna.
El segundo tiempo fue menos emotivo que lo visto en la parte inicial. El cansancio de la jornada doble fue notoria en los elementos de ambos equipos, más notorio en Santos Laguna en futbolistas como Diego Valdés, quien no pudo seguir el ritmo del cotejo y fue retirado de la cancha en el minuto 65.
Querétaro siguió compitiendo en el partido, con un peligro sordo que mantuvo preocupado y ocupado al conjunto lagunero.
La jugada clave del partido fue la tajada de Jonathan Orozco a un remate mano a mano de Enrique Triverio a cuatro minutos del final del partido.
Es la primera ocasión en el torneo en que Santos Laguna tuvo que recurrir a la defensa y le funcionó para ganar el partido.
