En el fútbol el entrenador ha tomado un protagonismo innecesario, debido, entre otras cosas, a que son los trabajadores más vulnerables en un equipo de fútbol.
Y cuando digo vulnerables no sólo me refiero a que cada semana se juegan el trabajo, son las personas que sirven de escudo protector para directivos y jugadores cuando el desempeño o los resultados son malos o deficientes.
Un entrenador se dedica a tomar decisiones en un equipo profesional de fútbol y su mayor trabajo consiste en defender esas decisiones, primero, ante el plantel de jugadores, después ante los aficionados y la prensa, por último ante su directiva.
Y tomar decisiones desgasta. A nadie se da gusto, las inconformidades salen por todos lados y los amotinamientos en el vestidor están a la orden del día.
Salvador Reyes Jr. ha sido objeto de críticas de la mayoría de los aficionados tras la derrota ante Lobos BUAP. Con el resentimiento guardado por la eliminación ante el acérrimo rival, Rayados, a Reyes se le responsabiliza del mal desempeño del equipo en los últimos 25 minutos del juego ante Puebla.
Chava Reyes desató dudas cuando entró de emergente tras la abrupta salidade Robert Dante Siboldi.
La expectativa del aficionado era que Santos Laguna se iría para abajo en el torneo anterior. Eso no pasó, con liguilla y 30 puntos, el campeonato fue sólido pero perder ante Monterrey dolió.
El entrenador queda inerme cuando un jugador falla un remate frente a portería o cuando otro pierde una pelota en la salida que termina en gol.
Sin banca ofensiva y con limitaciones como la incógnita que rodea a Edwuin Cetré y sin el registro de Javier Correa, Reyes tuvo que solventar el primer juego del torneo con 11 titulares y nada más.
Sus posibles cambios en la alineación titular dependerá de que “Latigo” Correa y Déinner Quiñones aporten de inmediato cuando puedan jugar.
Gerardo Martino lo dijo el día de su presentación como entrenador de la Selección Mexicana, los éxitos pueden llegar hasta por casualidad o por el destino del fútbol.