Política

Tren de pasajeros

El pasado 20 de noviembre López Obrador publicó un decreto para implementar siete rutas de trenes de pasajeros, adicionales al Tren Maya y al del Istmo. Es, o debería ser, una magnífica noticia, y, sobre todo, una tarea colectiva nacional lograrlo, porque no será fácil.

El 6 de octubre del 2022 escribí en este espacio el artículo titulado: “Por el regreso del tren de pasajeros a este país”. Surgió porque la nueva Línea 4 del tren ligero iba a utilizar un pequeño tramo del derecho de vía, lo que abría una posibilidad, aunque fuera mínima, para recuperarlo. “Es una pena que México haya perdido su tren de pasajeros. Además, un desperdicio. Que el estratégico y valioso derecho de vía que cruza el país entero sea para un tren carguero, es bochornoso”, escribí entonces.

Según Google, Ferromex pagó $524 millones de dólares por la concesión de 6,200 kilómetros de vías por 50 años. Si la información de Google es fidedigna, son cerca de $10 mil millones de pesos. Considerando que la Línea 3 de esta ciudad, que se extiende por20 kilómetros, costó $35 mil millones de pesos, no me suena que la concesión ferroviaria fuera un gran negocio para el país. Más allá de lo económico, la pérdida del tren de pasajeros representó un atentado cultural contra México, su retroceso al siglo XIX, a este respecto.

Con el anuncio del presidente, el tema cobra relevancia y posibilidad. No debe bloquearse por fobias políticas. Ojalá que su sucesor, o sucesora, lo logre, ya que la recuperación del tren de pasajeros puede ser un gran beneficio para el país. Es verdad que la mayoría de los sistemas ferroviarios del mundo reciben subsidios, incluso subsidios elevados, sobre todo, los europeos. Pero, acaso, ¿autos, camiones y aviones no los reciben? ¿Las carreteras y aeropuertos los construyen automovilistas y pasajeros? No sé la “turbosina”, pero, ¿la gasolina no se subsidia? Para saber si el tren es rentable, habrán de hacerse los respectivos estudios económicos en forma objetiva, reitero, libres de motivaciones políticas.

De entrada, los trenes tienen muchas ventajas sobre autos, camiones y aviones. Al no utilizar energías fósiles, promueven una movilidad más sustentable y respetuosa del medio ambiente. Facilitando el movimiento de personas y el comercio, mejoran la conectividad entre regiones y ciudades, generando un mayor desarrollo económico. Descongestionan el tráfico carretero, especialmente entre áreas urbanas densamente pobladas, y, al reducirse las emisiones vehiculares, traen beneficios ambientales.

Son accesibles para más personas, contribuyendo a la equidad en el transporte. Por accidentarse menos, mejoran la seguridad y eficiencia en comparación con otros medios de transporte, llevando mayores volúmenes de pasajeros en forma eficiente. Al ser un factor atractivo para empresas y turistas, incrementan la competitividad internacional de los países. Por todo ello, vale la pena intentar recuperarlos.


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José Javier Gómez Álvarez
  • José Javier Gómez Álvarez
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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