Hace algunos sábados fui a una protesta ciudadana por la finca patrimonial recientemente demolida en la calle Zuno, convocada por la junta vecinal de la Colonia Americana. Es necesario que, como ciudadanos, nos involucremos en la defensa de nuestro patrimonio construido, de otra manera seguiremos perdiéndolo.
Eran unas veinticinco personas. Que bueno que por lo menos veintitantos protestaron, pero es un número muy bajo considerando la importancia del caso y el sitio donde ocurrió. No dudo que algunas autoridades, jueces y promotores inmobiliarios hayan tomado nota. Me atrevo a pensar que la baja participación ciudadana no los detendrá en futuras demoliciones.
La convocatoria circuló en redes sociales, quizá algunos -o muchos-, no se enteraron, y por ser un sábado de verano por la tarde, otros tantos no pudieron asistir. Pero pienso que más personas pudieron acudir; entre semana hubiera sido aún más difícil. Un evento de este tipo es simbólico, por sí mismo no va a resolver el problema, se necesitará mucho más, pero ayuda a visibilizarlo.
Creo que, de entrada, los interesados en el patrimonio tuvieron que haber ido. Me pregunto si alguna autoridad pueda o deba estar presente en estas reuniones, además de las dos o tres patrullas de la policía estatal que aparecieron en el sitio. También pienso que las personas de esta ciudad que se llaman a sí mismos arquitectos, deben participar; saludé apenas a dos colegas, quizá no conocía a algunos otros. Entiendo que muchos arquitectos viven o trabajan en la Colonia Americana, ¿ello no les motivó a asistir? Considero que un verdadero arquitecto valora y se preocupa por las obras artísticas del pasado.
Todos tenemos tiempos y agendas limitadas, pero el momento que nos ha tocado vivir nos demanda un esfuerzo más en el ámbito público. Es infructuoso pretender participar en temas nacionales cuando se desatiende lo que ocurre frente a nosotros. La participación ciudadana es un área de oportunidad importante para los y las tapatías, no solo en cuestiones patrimoniales, sino en casi todo. Habrá que fortalecer futuras convocatorias, hacerlas directamente a personas en específico, y, que cada quien cumpla con la responsabilidad que le corresponda.
