Filósofos, novelistas, dramaturgos, poetas, artistas, hombres cualesquiera y de todos los tiempos, se han preguntado qué es el tiempo, han tratado de interrogarlo, de conocerlo, de definirlo, lo han hecho en todos los tonos, tanto en el tono trágico como en el tono humorístico, y alguna vez han llegado (como casi llegan San Agustín y Bergson) a coincidir en qué es, o mejor dicho, en decir, paradojicamente, qué NO es el tiempo. Todos, quizá, terminaremos definiéndolo con Borges... pero sin las magníficas aunque desesperanzadas palabras de Borges. Y si estamos, como el bonarense inmortal y como cualquier hombre, hechos de tiempo, es acaso imposible que podamos ver el tiempo en nosotros, y solamente, al asomarnos al espejo, vemos las huellas de su paso.
Ofrezco aquí alguna de las anotaciones en diversos tonos y en la ilusoria fijeza de la escritura. Son citas… citas con un escapadizo fantasma.
EL JURAMENTO DEL CAUTIVO
El Genio dijo al pescador que lo había sacado de la botella de cobre amarillo:
—Soy uno de los genios heréticos y me rebelé contra Salomón, hijo de David. Fui derrotado: Salomón me ordenó que abrazara la fe de Dios y obedeciera sus órdenes. Rehusé y el rey me encerró en ese recipiente de cobre, y selló y ordenó a los genios sumisos que me arrojaran al mar. Juré entonces: A quien me libere, lo enriqueceré para siempre. Pero pasó un siglo y nadie me liberó. Y entonces me dije: a quien me libere le revelaré las artes mágicas. Pero pasaron cuatro siglos y yo seguía prisionero y en el fondo del mar. Y me prometí: a quien sea mi liberador le otorgaré tres deseos. Pasaron nueve siglos y nadie me liberó. Y, desesperado, juré por El del Nombre Más Alto: A quien me libere, lo mataré. Así que prepárate a morir, oh tú mi salvador.
*Sheherezada
EL TIEMPO FUTURO
Esa engañosa palabra. mañana, mañana, mañana, nos va llevando por días al sepulcro, y la falaz lumbre del ayer ilumina al necio hasta que cae en la fosa.
*Shakespeare
EL ETERNO DETERIORO
Mal te perdonarán a ti las horas, / las horas que royendo están los días, / los días que royendo están los años.
*Luis de Góngora
UN PISTOLERO DEL OESTE
A veces Slade dejaba a sus enemigos sin molestarlos durante semanas y meses, no les hablaba de la ofensa ni los miraba con su fría sonrisa. Unos opinaban que obraba así para que sus víctimas se confiaran y él poder atacarlas de improviso. Otros, en cambio, afirmaban que perversamente dejaba durar al enemigo de la mima manera que un chiquillo hace durar un caramelo que todavía o se lleva a la boca, para disfrutarlo por anticipado con el pensamiento.
*Mark Twain
CINE: MÁQUINA DEL TIEMPO
Las montañas respiran, se mueven, se deslizan una sobre otra, se escalan, se compenetran, y la lentitud secular de este ritmo nos escapa, ofreciendo en cambio un espectáculo estático. El cinematógrafo nos ha revelado que las plantas gesticulan y que una simple diferencia de tiempo entre el reino vegetal y el reino animal nos hacía creer en la serenidad de la naturaleza. Hay que admitirlo: dudamos de qué es el tiempo cuando vemos un capullo que súbitamente estalla y es una rosa. Habría que filmar así las épocas lentas y la sucesión de modas. Entonces sería seductor ver cómo, siempre velozmente, las faldas se alargan, se acortan y vuelven a alargarse, las mangas se hinchan, se deshinchan, se rehinchan, los sombreros se hunden y se levantan, se alzan y se aplastan y adquieren y pierden penachos, los bustos femeninos aumentan o disminuyen, las mejillas se ahuecan y se inflan, los cabellos se rizan y se deslizan y se espuman, la seda vence a la lana y la lana vence a la seda y el tul flota y las lentejuelas chispean y se apagan y se reencienden y las pieles resbalan sobre los cuerpos y los vestidos, suben, descienden, se enrollan a los cuellos moviéndose con el nerviosismo loco de las bestias que fueron de ellas despojadas.
*Jean Cocteau
EL TIEMPO ES...
El tiempo es la sustancia de la que estoy hecho. El tiempo es un río que me arrebata, pero yo soy el río; es un tigre que me destroza, pero yo soy el tigre; es un fuego que me consume, pero yo soy el fuego. El mundo, desgraciadamente, es real; yo, desgraciadamente, soy Borges.
*Jorge Luis Borges
SYLGERIA
—Te amo —le dije a Sylgeria, que vivía en el planeta Drojo, donde el tiempo difería considerablemente del nuestro—. ¿Quieres ser mía?
Esperé su respuesta por treinta años y finalmente legué al moento de agonizar.
Y entonces Sylgeria volvió el rostro hacia mí, ofreciéndose:
—Oh sí —respondió inmediatamente, sin vacilar.
*Jacques Sternberg
GERUNDIOSO
El diputado del Estado, ante la proximidad del término de la gestión municipal de don Pablo, consulta con éste:
—Don Pablo, yo creo que sería bueno pensar en el nuevo presidente municipal de Ocampo. Ya pronto se vence el mandato de usted.
Y don Pablo:
—Pues, si a usted le parece, yo puedo seguir siguiendo siendo.
*Otaola