Cultura

Los anarquistas rusos y la escoba de hierro (II)

  • Los inmortales del momento
  • Los anarquistas rusos y la escoba de hierro (II)
  • José de la Colina

Ucrania, que había resistido a la panrusificación de los zares, resistió a la bolcheviquización gracias al vasto movimiento guerrillero que, por su dirigente, se llamó la Majnovina. Hijo de campesinos, Néstor Majno (1892-1935), hombre de ideas libertarias, combatió el orden zarista y participó en la revuelta de 1905. Condenado a muerte en 1908, su pena fue conmutada por la de prisión, de la cual lo liberó la insurrección de marzo
de 1917. En su aldea natal, Gulai-Pole, reorganizó a los anarquistas y formó soviets como órganos de autogestión laboral, económica y social. En la primavera de 1918, visitó en Moscú a su ídolo y maestro Kropotkin, a quien Lenin, cortésmente, había dejado libre pero prácticamente aislado.

De retorno a Ucrania, Majno, un genio intuitivo de la guerra de guerrillas, opuso sus combatientes campesinos a las tropas austroalemanas del atamán Skoropadsky. Cuando los señoríos centrales de los atamanes (especie de señores feudales) se hundieron, el Ejército Rojo solo debía combatir contra el atamán Petliura, pero necesitaba de la ayuda de Majno para lograr la victoria. Después de ésta, los bolcheviques tomaron una buena parte del territorio, pero la región de Gulai-Pole escapó a su poder. Allí se hallaban los 25 mil guerrilleros del Ejército Revolucionario Insurreccional, al cual se unían, en los lapsos entre las labores agrícolas, los campesinos del lugar, que habían conservado siempre la nostalgia de la Voltniza, la vida comunitaria libre prefigurada en un mítico pasado, y querían una organización social elegida desde la base, desde las comunidades, no por los comisarios y los partidos.

Con esa tendencia autonomista, comunitaria, libre, la Majnovina iba a chocar con el poder centralizador bolchevique, pero al comienzo el Ejército Rojo pactó con Majno porque una amenaza cundía en el sudeste de Ucrania: el general Denikin con su ejército “blanco”. Majno los combatió sobre un frente de 100 kilómetros en el que, con su ágil caballería, los hizo retirarse a su base de partida. En marzo de 1919, el Ejército Rojo llegó a un acuerdo con las fuerzas de Majno y el delegado plenipotenciario del gobierno bolchevique, Kamenev, abrazó al guerrero anarquista tras prometer el respeto a las comunidades ucranianas, a los guerrilleros y sus banderas negras. Lo que había tras esas promesas no tardó en aparecer. Cuando los “blancos” emprendieron una ofensiva contra Majno, Trotski, aprovechando esto, consideró que era el momento decisivo de “barrer con escoba de hierro” a los libertarios ucranianos, y movilizó contra ellos al Ejército Rojo. Tomado entre dos fuegos, Majno se retiró de la zona de combate y el Ejército Rojo se vio solo ante los “blancos”, que lo derrotaron y reconquistaron el terreno. Los bolcheviques comprenderían demasiado tarde lo que les costaba no contar con Majno. Éste reapareció con sus fuerzas intactas a finales de noviembre (1919) y en una fulminante serie de encuentros y batallas, acaba con el ejército de Denikin y recobra todo el sur de Ucrania hasta el mar de Azov.

Con esta torrencial acción, Majno había salvado a la Revolución de octubre, porque los “blancos” hubieran podido proseguir su marcha triunfal hasta Moscú. Fortalecido por el nuevo triunfo, Majno podía haber constituido un mayor y más poderoso ejército: tenía consigo a toda Ucrania. Pero en ese preciso momento el ácrata predominó sobre el guerrero y, abandonando parcialmente el movimiento militar, se dedicó a la propaganda social, a la formación de soviets libertarios. El Comité Central Bolchevique le propuso una nueva alianza cuando las tropas del blanco Wrangel llegan frente a las puertas de Yekaterinoslav. Y una vez que los majnovistas, en otra ofensiva relámpago, rechazaron a Wrangel hasta Crimea, limpiando prácticamente a Ucrania, Lenin, empuñando la escoba de hierro ofrecida por Trotsky, envía a Rakoski, presidente del Consejo de los Comisarios del Pueblo por Ucrania, órdenes formales de aprovechar el cansancio de las tropas majnovianas para detener a sus componentes y juzgarlos como criminales del derecho común. Desgastados por tantos combates, los majnovistas se retiran hacia el este y pierden sus bases en Ucrania. Dos divisiones cosacas del Ejército Rojo les darán el golpe de gracia.

El 22 de agosto de 1921, Majno fue gravemente herido de bala en la cabeza. Con unos cuantos hombres logró pasar a Rumania, luego a Polonia y posteriormente a Dantzig, donde lo encarcelaron. Se fugó y finalmente llegó a París, donde vivió de un modesto empleo de carpintero hasta su muerte en julio de 1935. Para entonces, no solo el anarquismo sino cualquier forma de disidencia, de pensamiento libre, había sido anulada en la Unión Soviética.

Iniciada ya en tiempos de Lenin, la empresa totalitaria abarcó naciones enteras y aún hoy enamora a las conciencias fatigadas por la imperfecta democracia.

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