La mera verdad… o, mejor dicho, la mera opinión del cronista (quien cada martes teclea una croniquilla que será impresa en el Notivox Diario de cada miércoles) es que a una gran parte del personerío ciudadano, incluido el susodicho tecleador, el tema de la policía metropolitana le ocasiona quejas, protestas y palabrotas motivadas por lo que se lee, o se ve, o a veces se vive cotidianamente en Esmógico City.
Y después de teclear párrafo tan sólido, y en consecuencia quizá tan pesado, el cronista descansa por unos minutos y luego sigue con su tarea, que ahora es la de cronicar un hecho feliz que, ¡ay!, también es insólito.
Aunque el suceso es del fin de semana recién pasado y fue una interrupción de la realidad acostumbrada, el cronista se regocijó lo bastante para sentirse con “espíritu navideño” al enterarse de que el policía bancario Sergio Ángeles Soriano Buendía halló tirada en el suelo de cierta supertienda de la colonia Polanco una bolsa de
papel que contenía tarjetas de identificación y bancarias, más 42 mil (cuarenta y dos mil pesos), y…
El susodicho policía entregó la bolsa a la dirección del superalmacén departamental para que fuese devuelta, con su contenido intacto, al descuidado cliente.
Y así se hizo y el cliente acaso lo agradeció y tal vez hizo algún regalo al casi increíble agente.
Y colorín, colorado…
Pero el suceso es asombroso por tan inhabitual y grato “en estos tiempos de tanto sinvergüencerío”, como diría la abuela del cronista (quien la tuvo, pese a la opinión de algunos lectores).
Y, volviendo a la opinión de uno, el cronista, anticipándose a los anhelos de comienzo de año, desea que prolifere el ejemplo de Sergio Ángeles Soriano. Ojalá en el año 2016 y siguientes (si no es mucho pedir) tengamos en Esmógico City tan siquiera un centenar de policías acaso no tan angelicales como don Sergio, pero sí tan honrados y dignos de confianza como él.