Como una ola multicolor y multisonora entró en un vagón de la Línea 3 del Metro un tupido grupo de chavos vestidos de cualesquiera maneras (y el cronista confiesa carecer de suficientes medios lingüísticos para definirlas, y ni siquiera para nombrarlas). Uno de ellos, de cabello flameante, pues estaba teñido de un rebioso color amarillo, se presentó como líder de la tribu, que ahora llamó clan, quizá por afán de nueva moda, y nos echó el rollo algo confuso que me atrevo a traducir así:
—Apreciables humanoides, tengo el placer de presentarles a nuestro Clan del Desmadre, integrado por los desmadrosos que tienen ustedes la oportunidad de ver aquí. "Desmadre" significa, como ustedes saben o debieran saber, "relajo", o, si prefieren una fría definición académica, es acción y efecto de desmadrarse, que según la Real Academia es conducirse sin respeto ni medida. La razón de ser de nuestro movimiento, no es no es de intención social ni cultural ni política, no es humanística ni adoctrinadora, ni evangélica ni blasfemiosa, sino que simplemente obedece al deseo imperioso pero antimperialista de relajarse y relajear como quien practica un deporte, y desde ahora avisamos que no queremos caer gordos pero tampoco simpáticos a nadie, y que no se trata de rebeldía ni de revolución, ¡pues a la chingada las teologías añejas y las ideologías cuadriculadoras!, sino más bien de pasar la vida a toda madre, que paradójicamente eso es desmadrarse, y aquí va una probadita del asunto que les ofrecemos a continuación...
Y asestaron la probadita: echaron escándalo y relajo y desmadre y cantaron a coro (pero cada uno con su ritmo propio e impropio) rocks rugientes y raps rapsódicos e himnos de Satrapía (la nación de los sátrapas), y recitaron El Brindis del Encabronamiento Ciudadano y la Oda del Gasolinazo y vociferaron una parodia de la retórica de López Obrador, y bailaron hulalula salvajón o baile de San Vito acelerado y ballet océanico y obsceno, y "mariguanearon" con humareda como de trasatlántico de cinco chimeneas. De modo que el pasajerío hubo de abandonar el vagón dejándolo a los desmadrosos, que allá con su relajo se gozasen... Y el cronista cree que el asunto irá de más en más y que el clan resultará ser legión.