Política

Motivos para la resistente crónica

  • Carta de Esmógico City
  • Motivos para la resistente crónica
  • José de la Colina

El cronista, ciudadano de la metrópoli mexicana desde hace décadas —y no se dice cuántas para que no se alebresten los fans de la propia juventud y comiencen a exigir que se extirpe de este periódico al susodicho escribidor, culpable de haber abandonado hace mucho tiempo la sana, deslumbrante y egolátricamente justificadora condición de jovenazo—, se asoma a todas las secciones periodísticas que tratan sobre la ciudad capital del país y descubre que, gracias a quizá felices soluciones, están evaporándose dos de los que hasta hace un par de días eran fecundos y generalmente agrios motivos defeños de comentario y debate periodísticos: el de los tan arriesgados como riesgosos edificiotes del talud-precipicio de la región de Santa Fe y el de la reparación total de la Línea 12 del Metro que ya parecía que iba a ser eterno.

Qué bien, se dice el cronista, contento de no recurrir a esos asuntos de un material temático ya muy gastado por tantos opinadores, y se inquieta preguntándose si no quedará algo que justifique el tecleo profesional. Pero, ¿afortunadamente?, llegan a la memoria inmediata del cronista otros motivos muy problemáticos que el gobierno de Esmógico City tiene aún sin resolver: el asunto del corredor de la avenida Chapultepec, todavía en debate un tanto bronco, pero que quizá ya circunstancial; y el asunto del esmog que va convirtiendo a nuestra la ciudad en una de los más contaminadas, en fraterna rivalidad con Londres, Los Ángeles y Santiago de Chile.

El cronista, pues, suspira con vergonzante satisfacción al comprobar que todavía queda material tecleable en su ciudad, a la que ama aunque no le guste, y a la cual desde hace años la ha apodado Esmógico de City, causando, sin querer, el desagrado y el enojo de alguno de sus tres o cuatro lectores (si es que los tiene) que todavía creen vivir en la Ciudad de México como en una de las regiones más respirables del mundo, olímpica ilusión de amor amenazada de acabarse como se acabaron los valses, los bigotes de manubrio, los señores porfiriólatras, los sonetizadores de la "Ciudad de los Palacios" y los concursos de oratoria... aunque éstos todavía subsisten como dizque debates en el Senado, en la Cámara de Diputados, en algún café, en alguna cantina y hasta en alguna pulquería heroicamente resistente a la desaparición.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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