El cronista, que en relación a Esmógico City es sobre todo un peatón —es decir un ciudadano que, en una parte del tiempo empleado en desplazarse por la urbe, prefiere utilizar el medio natural de transporte que sus padres y la señora Naturaleza le regalaron: los meros pies... aunque con ayuda de instrumentos artificiales de peatonaje: los calcetines y los zapatos—, ha leído las muchas notas y gacetillas dedicadas a informar, comentar y criticar el nuevo Reglamento de Tránsito que el jefe de Gobierno de la ciudad capital y algunos alrededores, don Miguel Ángel Mancera, acaba de dictar para aplicarlo dentro de unos meses.
Y —la verdad sea dicha aunque rabien los eternos rabiosos—, al cronista le ha parecido que ese reglamento está bien, pues erige una ley al parecer más favorable al peatón que a los automóviles, a los camiones, los autobuses, las motos, las bicis, en fin, a tantos adversarios del ciudadano de a pie (y de a calcetín y zapato).
Pero al cronista lo inquieta una corta parte (dos palabritas) del artículo 7 del Reglamento de Tránsito, que dice:
"En todo momento los conductores o pasajeros de vehículos deberán contribuir a generar un ambiente de sana convivencia entre todos los usuarios de la vía, por lo que deben obedecer la señalización vial, las indicaciones de los agentes, del personal de apoyo vial o [los] promotores voluntarios".
El parrafito le resultaría totalmente simpático al cronista si no incluyese eso tan impreciso e inquietante de los "promotores voluntarios". Sería de temer que la frase autorice a cualesquiera ciudadanos, aun los de buenas intenciones, a decidir sobre la orientación del tránsito urbano y, por lo tanto, a cerrar, a modificar, a desviar la circulación en avenidas y calles, imponiéndose a la ciudadanía automovilizada o peatonil, como sabemos que han hecho y siguen haciendo algunos grupos que, por defender sus interes sociales, o sindicales, o políticos (según Dios o el líder les dan a entender), impiden o mucho estorban el libre tránsito de los ciudadanos. Lo cual no ha resultado, precisamente en "contribuir a generar un ambiente de sana convivencia", ¿eh, señor jefe de Gobierno?
