Regalo
A un cojo que sufre por tener una pierna más corta que la otra, un sabio le aconseja: “Deja de odiar tu pierna corta e identifícate con ella. Entonces, cesando de quejarte, sentirás con alegría que tu pierna larga es un regalo”.
¿Mala suerte?
Un cazador caminando por la selva se topa con un león dormido. Poniéndose de rodillas ante él, murmura: –No me comas. La bestia sigue roncando. Esta vez grita: –Por favor ¡no me comas! El animal no se da por enterado. Temblando, abre las mandíbulas y acerca su cara a los colmillos para volver a gritar el ruego. Inútil. El león no despierta.
Histérico, comienza a patearlo en el trasero: – ¡No me comas! ¡No me comas! ¡No me comas! El león despierta, salta sobre él y, furioso, comienza a devorarlo. El hombre se queja: – ¡Qué mala suerte tengo!
El talento
–Maestro, tengo un problema con mi hijo: me trajo las notas del colegio, una alta calificación en dibujo y una pésima calificación en matemáticas. – ¿Qué harás? –Dijo el maestro. – ¡Lo pondré de inmediato a tomar clases particulares con un profesor de matemáticas! –Necio, ¡ponlo de inmediato a tomar clases particulares con un profesor de dibujo! Todos servimos para algo, pero no todos servimos para lo mismo.
Problemas imaginarios
Mientras Mulla Nasrudin está paseando con su hijo, ven un huevo en el suelo. El niño pregunta:
-Papá ¿Como entran los pájaros en el huevo? Nasrudin sofocado, dijo: -¡Yo me he estado preguntando toda mi vida cómo salían los pájaros del huevo! Y vienes tú ahora y me planteas un problema más.
Cazador frustrado: Por no poder atraparlas con trampas para ratones, el cazador comenzó a odiar a las águilas.
Delirio de persecución: Lo venían siguiendo sus huellas. Huyó de ellas hasta caer muerto de fatiga.
El enfermo: -Maestro, tengo una gran enfermedad: me duele cualquier sitio del cuerpo que toco con mi dedo índice. -Tienes una pequeña enfermedad: lo que te duele es tu dedo índice.
La soledad: -Maestro, todos me han abandonado. ¡Me siento solo!... -Soledad es no saber estar consigo mismo.
El vaso: -Maestro, no sé si este vaso está medio vacío o medio lleno. ¿Qué hacer? -¡Rompa el vaso!
Amigo lector, usted ¿qué opina?