Acaba de terminar una elección grandísima, con resultados en algunas regiones predecibles, pero también con muchas sorpresas.
En resumen, yo podría decir que fue una guerra de dos posturas, un voto de apoyo a Andrés Manuel López Obrador contra un voto pragmático en contra de sus propuestas y forma de gobierno.
En las democracias multipartidistas las alianzas electorales son indispensables en la medida en que ningún partido cuenta con la mayoría absoluta de votos necesaria para gobernar.
En algunas partes del país se hicieron alianzas para poder frenar los esfuerzos de Morena de contar con dos terceras partes del congreso y frenar los esfuerzos de este partido de mover la balanza hacía los intereses de la cuarta transformación
Sin embargo, si algo me pude percatar es que no existe una alianza en función de poder hacer un cambio más allá de que el presidente Andrés Manuel y su partido pudieran tener la mayoría.
¿A qué me refiero? Cuando se forma una alianza, esta se puede dar por cuatro razones principales, la primera es la alianza ideológica, esta se da cuando claramente cuando en los partidos unidos existe una plataforma que se defiende, sin embargo, no pude ver una clara ideología entre los partidos opositores a Morena, yo pregunto:
¿Dónde están las propuestas para el campo? ¿Para la educación? ¿Para cuidar al instituto electoral?, no hubo una ideología en común ni propuestas de la mano de esta tendencia.
Otro tipo de alianza es la programática, esta tiene como finalidad, el unirse para mantener o cuidar cierto programa de gobierno o buscar en conjunto la aprobación de sus proyectos en el Congreso, un caso ejemplar de estas coaliciones es el de Chile, donde los partidos de centro izquierda se unieron en la llamada Concertación y gobernaron el país durante 20 años.
En ambos lados del espectro político, las coaliciones se formaron sobre la base de acuerdos programáticos, pero manteniendo la identidad y la independencia de todos los partidos que las conformaron.
Sin embargo, en esta última elección en México, no hubo una alianza programática ya que no había en común una agenda política en caso de tener mayoría.
El tercer tipo de alianza, es aquella que se da hacía una persona, cuando un personaje reúne la posibilidad más amplia de ser un contrapeso y permite que partidos opositores se unan para hacer frente al régimen actual a través de la imagen tan poderosa de la persona, en el caso de esta elección en México la alianza y la oposición no ha logrado crear las figuras con el poder necesario para hacer frente a la narrativa del presidente Andrés Manuel y su partido, vemos a los presidentes de los diferentes partidos a nivel nacional tratando de contestar a las acusaciones del presidente en las mañaneras en lugar de generar su propio discurso y narrativa, la ausencia de personajes que puedan ser un contrapeso resulta preocupante para la oposición.
Y por último está la alianza pragmática, la cual considero que es la que se acaba de dar en esta elección, tres partidos unidos solo por el hecho de que juntos pueden juntar los votos necesarios, sin embargo no cuentan con un personaje, una ideología o un programa que los una.
Esto tiene un riesgo importante para la misma, ya que al no contar con cimientos fuertes puede ser fácilmente cooptada por el gobierno federal, tal cual lo dijo el presidente Andrés Manuel, vamos por los votos del PRI o del PAN para poder hacer las reformas que este país necesita.
Es nuestra responsabilidad como ciudadanos el observar la tendencia del voto de nuestros diputados, independientemente de si votamos o no por ellos ya que el riesgo está latente y la alianza a pesar de ser una de las grandes ganadoras de esta elección, es frágil por no contar con elementos de peso que los unan.