Existe cierta resistencia de algunos ciudadanos de cumplir con su obligación de acudir como representante de casilla al ser elegidos, ya sea como presidente, secretario o escrutador; inclusive como colaborador de algún partido político.
Dicha resistencia, también se observa en jóvenes donde son agraciados, con bola blanca, es decir, deben presentarse a marchar los fines de semana al campo militar correspondiente.
Desde que son llamados para cumplir con su deber como ciudadanos, ya sea como funcionario de casilla, o como conscripto elegido para marchar los domingos, algunos buscan eludir la obligación; unos reportándose enfermos días antes de las elecciones, otros presentando un certificado médico ficticio, que los exime de su deber como mexicanos, inclusive tratando de sobornar a autoridades castrenses.
Los funcionarios -mismos ciudadanos- de casillas, vigilan la elección de principio a fin, permaneciendo en dicho lugar hasta el cierre, para después contar todos los votos y levantar las actas concernientes y enviarlas al consejo distrital; previamente antes fueron capacitados por funcionarios del INE.
En caso de oponerse a ser funcionario de casilla, no existe sanción alguna, pero se pierde la oportunidad de ser parte de la contienda electoral.
En cambio, los conscriptos que fueron agraciados con bola blanca, y no cumplen con su obligación de acudir cada fin de semana a su instrucción militar, no podrán liberar su cartilla, documento muy necesario para trámites de gobierno y de la iniciativa privada, pudiendo perder, oportunidades de trabajo por carecer de la cartilla militar liberada.
Lo que me queda muy claro, es cuando he platicado con personas que cumplieron con su deber cívico de acudir a la casilla designada el día de las elecciones y permanecieron todo el día, colaborando con la jornada electoral; al recordar dicho evento, comentan con mucho orgullo que es una experiencia que no se arrepienten haber cumplido, pues conviven con personas de todas las ideologías políticas en forma civilizada la gran mayoría de las veces.
Teniendo en lo personal, el deber cumplido como ciudadano.
También los conscriptos agraciados con bola blanca, recuerdan con mucho orgullo las enseñanzas y convivencia con el personal castrense, la gran experiencia de haber sido elegidos para cumplir con su servicio militar, pues la instrucción militar recibida y convivencia con otros conscriptos jamás la olvidarán, aunado a que en el remoto caso, de una invasión o conflicto bélico a la nación, los conscriptos que cumplieron con su servicio militar y fueran llamados, tendrían mando, es decir, ingresarían con algún grado militar, por conocer las reglas castrenses; pues el que sabe obedecer, sabe mandar.