
Voy a proponer la exégesis de una canción extraordinaria, una pequeña obrita maestra que pueden encontrar, ahora mismo, en Spotify: Benvolgut, de la banda catalana Manel.
Benvolgut quiere decir, en español, “estimado”, y en esta pieza se refiere, de manera más o menos irónica, al estimado ex novio de la novia del que canta la canción. Ahí está el lío, que empieza cuando el novio actual nota la presencia del ex en algunos discos que dejó en casa de ella (en discos que al final no et vas endur), o cuando va caminando y sonríe sola (i en un somriure que fa sola caminant), o en una vieja foto, olvidada en un cajón, en la que está con su ex (i en aquella foto antiga oblidada en un calaix), sin sospechar que ya desde entonces había gente como yo, dice el cantante que es la actual pareja de la chica, que estaba esperando (gent com jo que estava esperant). Esperando, ¿a qué? A que la chica termine con el otro para que él, el que canta, tenga la oportunidad de andar con ella.
Manel aborda, en esta pieza, repito, extraordinaria, la figura amorosa de los que están esperando, agazapados, acechando, esperando el momento en que la relación se acabe para presentarse, como si fuera una cosa fortuita, y decir: ¿te acuerdas de mí?, ¡qué casualidad encontrarte por aquí! Como si no llevara toda la vida espiando.
En la canción el cantante y el ex fueron, igual que ella, a la misma escuela, se conocen desde entonces y, cada vez que se encuentran los dos él se incomoda, se pone serio y se aparta mientras el otro, el ex, le hace bromitas enojosas (mentre tu li fas brometa) a su chica.
Pero centrémonos en la figura de los que esperan, los que dicen, abiertamente, descaradamente, como nos cuenta la canción, estem esperant, estamos esperando; fijémonos en ese que está ahí, menudo pájaro, agazapado detrás de ti, espiándote permanentemente, esperando cargado de paciencia su oportunidad, ¿qué es?, ¿tu sombra?, ¿tu asesino?, ¿la comparsa de tus días?, ¿tu acosador?, ¿tu aliado?, ¿tu esperanza?