Política

Ni fatalismo defensivo ni infantilismo

  • Otro camino
  • Ni fatalismo defensivo ni infantilismo
  • Joel Ortega Juárez

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Estamos viviendo la conclusión legislativa de las más importantes reformas de la 4T.

Se aprobó, por fin, la “abrogación” de la reforma educativa de Peña; está por aprobarse la Reforma Laboral; la eliminación de ciertos fueros presidenciales; y otras legislaciones semejantes.

En la cuestión laboral hay avances muy importantes. Establecer los métodos democráticos por voto universal, secreto y directo para elegir a las direcciones sindicales, y elaborar los Contratos Colectivos y de alguna manera decidir las huelgas constituyen pasos hacia la democratización sindical.

No está tan claro que ello ocurra en relación a la libertad sindical. Se legisla para que puedan haber varios sindicatos por empresa, rama, dependencia, Universidad y cualquier otro centro de trabajo. Es un avance frente al vetusto monopolio sindical.

Sin embargo al permanecer la figura de titularidad del contrato colectivo para el Sindicato mayoritario se impone el “modelo” “UNAM”. Me trato de explicar: en el medio académico hay dos sindicatos AAPAUNAM y STUNAM, pero la primera es “titular del Contrato” y el segundo solamente puede afiliar, ello da como resultado que el sindicato titular es en la práctica un sindicato único.

Si además se mantiene de alguna manera el sistema de “cláusulas de exclusión por admisión”, es decir, dejando la contratación de los asalariados en manos de las “bolsas de trabajo” de los sindicatos titulares, quedan casi extinguidos los derechos de libre afiliación al sindicato que se prefiera.

En este aspecto me resulta asombroso que tanto la CNTE y el SNTE estén defendiendo la permanencia en el apartado B, porque determina el acceso al trabajo por medio del sindicato. La derecha ha denunciado el artículo décimo sexto transitorio, como coartada para mantener “la venta de plazas“ y el control sindical de las mismas. En aras de preservar esa “modalidad” monopólica la CNTE y el SNTE defienden permanecer en el apartado B, donde no hay derecho de huelga ni de contratación colectiva. Es un claro ejemplo de fatalismo defensivo.

Un ejemplo de infantilismo lo es la enésima huelga en la UAM, donde el SITUAM está conduciendo a sus afiliados, y sobre todo a quienes no lo son, a una derrota estrepitosa y grave daño a la universidad, a los estudiantes y, hay que decirlo, al sindicalismo y a las huelgas mismas.

En el caso de la UAM estamos ante la perversión del monopolio sindical y la ausencia de libertad sindical.

En cualquier caso es muy saludable que el debate comience a desplazarse a temas como el de la LIBERTAD SINDICAL y a dejar atrás toda la banalidad de los “temas” de las “mañaneras”.

Una transformación política y social que coloque a los actores sociales en primer plano es imprescindible para ir construyendo otro camino, para salir de la decadencia nacional.

Si el presidente López Obrador sigue convencido de considerar a la “corrupción” como elemento central que genera la desigualdad y la pobreza, es muy congruente con su visión que limita todo el fenómeno decadente al “neoliberalismo”, aunque su denuncia sea meramente retórica, porque aplica dos de los paradigmas centrales del neoliberalismo: el equilibrio financiero y la ausencia de reformas fiscales.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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