Esta es una carta de agradecimiento para el personal del Hospital Civil de Ciudad Madero, en especial a quienes compartieron una cercanía con el doctor Jesús Daniel Guerrero Reyna.
El 11 de septiembre pasado, el doctor Guerrero partió de este mundo, justamente en su amado hospital, donde entregó cerca de 40 años de su trabajo y vida por el bienestar de terceros. Fueron las complicaciones por el coronavirus que contrajo ahí en el hospital las que causaron su muerte. Durante poco más de un año estuvo bajo licencia, al inicio de la pandemia, por lo que estuvo aislado en su casa al ser candidato de riesgo debido a su edad y sus comorbilidades como la diabetes e hipertensión.
Hace dos meses regresó al área de Urgencias del hospital donde laboraba en el turno de mañana, pues la indicación de la Secretaría de Salud era que ya regresaran todos aquellos que estaban fuera, aún y tomando en cuenta que se venía fuerte la tercera ola de la enfermedad.
Con el riesgo presente, Jesús Daniel volvió a lo que era su pasión, el servicio médico, pero regresó solo para contagiarse y, en un lapso de menos de un mes, el coronavirus hizo más daño de lo que esperaba y lo envió al hospital de emergencia.
Una neumonía bilateral estaba complicando su salud, ya no tenía rastro de covid en su cuerpo; sin embargo las “indicaciones oficiales” eran trasladarlo al hospital Torre Cantú o el Canseco.
Sus amigos y compañeros de trabajo, sus más allegados en el hospital, se negaron rotundamente. El doctor Guerrero tenía que ser atendido ahí, en Madero, en su casa, la que él amó, y no permitieron que se lo llevaran.
Exigieron que se le diera el servicio, que trajeran el equipo necesario, el ventilador, las medicinas, lo que sea para tratar de salvarlo. Y es que si eso le iban a hacer a quien dio casi 40 años de su vida al hospital, ¿qué les iba a esperar a otros con menos tiempo que se llegaran a contagiar?
Se hizo lo posible, pero la enfermedad ya había avanzado. Fue así que uno más de la familia del Civil de Madero partió.
Con lágrimas y aplausos, sus compañeros despidieron al doctor Guerrero, por quien se desvivieron en agradecimientos por todo lo que les dio en vida.
De parte de Vanessa, de Sara, de Olga y de Joaquín, gracias. Muchas gracias. Por Jesús Daniel. _