La senadora Téllez logró su escaño gracias al partido Morena tan sólo para pasarse a las filas de su contrincante el Partido Acción Nacional, lo cual es reprobable a todas luces, pues es un hecho notorio, es decir no requiere de prueba, que la gente no votó por ella ni por el Partido Acción Nacional sino por Morena para apoyar al presidente López Obrador. Esta senadora criticó al gobierno por comprar una vacuna rusa tildándola de “patito” o “gansito”.
Lo dicho por esta senadora sin ningún respaldo científico, pues en su escueto curriculum destaca ser conductora de televisión, pone en riesgo la vida de muchas personas que decidan no vacunarse y entonces posiblemente contagiarse y perder la vida por Covid 19 ante la desinformación difundida por esta senadora. Eso no es un ejercicio del derecho de la libertad de expresión, es un atentado contra la vida de la población independientemente del ataque hacia el gobierno federal que anima a la señora.
La vacuna Sputnik V ha sido aprobada ya por la Cofepris, respaldada por la prestigiada revista científica británica The Lancet destacando su eficacia en un 91.8% en adultos mayores y 91.6 en población en general.
Además, es necesario reconocer la seriedad y las enormes capacidades del pueblo Ruso que merecen nuestra admiración y respeto. En este sentido existió una narrativa, una historia oficial mundial, en donde se estigmatizó por muchos años al pueblo ruso sobre todo en el contexto de la guerra fría cuando el gran enemigo de los Estados Unidos y del mundo “libre” era la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Un contexto en donde se enfrentaron dos sistemas económicos y políticos; uno liberal y otro de economía planificada, los dos con pretensiones internacionales.
Esa época ya quedó atrás y hoy estas dos potencias pueden y deben trabajar juntas. Concerniente al prestigio que avala la vacuna Rusa podemos decir entre otras cosas lo siguiente:
Fue el pueblo Ruso quien antes que cualquier otra nación lograran poner el primer artefacto fuera de la atmósfera terrestre. El cuatro de octubre de 1957 el pueblo Ruso, entonces la URSS, logró poner con éxito y por primera vez en la historia de la humanidad un satélite en el espacio llamado justamente “Sputnik” que significa “satélite”. Ello causó el asombro de los Estados Unidos y de todo el mundo, dando inicio a la carrera por la conquista del espacio y la llegada a la luna.
Fue también el pueblo Ruso quien logró vencer a la increíble Grande Armée, de Napoleón Bonaparte, el ejército más grande hasta entonces organizado con más de 600 000 hombres en el año de 1812. La caída de Napoleón Bonaparte no fue en Waterloo como lo narra la historia oficial, fue el pueblo Ruso quien logró detener y debilitar a Napoleón y a sus ejércitos y aliados en forma tal que ya no volvería a recuperarse.
Y que decir de Hitler y la Alemania Nazi, la historia oficial nos ensalza el famoso día D, del histórico desembarco en Normandía, pero fue también el pueblo Ruso, en este entonces URSS, quien logró detener el avance de los Nazis con un costo en sangre rusa de más de veinte millones de muertos.
Ahora mismo Rusia tiene una ventaja tecnológica en misiles hipersónicos (hasta veinte veces la velocidad del sonido) sobre Estados Unidos y Europa.
Sin dejar de mencionar también los grandes logros culturales y deportivos del pueblo Ruso, como Maria Sharapova en Tenis, Garri Kasparov en ajedrez, o Alexander Popov el Zar de la velocidad en natación.
El punto es que a una potencia militar, tecnológica y aún económica como la Rusia de hoy no puede sino tomarse muy en serio y con el debido respeto y dar una justa bienvenida a la vacuna Sputnik V y a los esfuerzos rusos por detener, controlar y extirpar al SarsCov 2, este enemigo común que nos amenaza a todos, en todas partes del mundo. Toda la humanidad unida vencerá sin ninguna duda a este flagelo.
*Profesor de la Escuela Internacional de Derecho y Jurisprudencia.