Vivimos una época en donde la retórica de la escasez financiera se ha normalizado profundamente. Se fortaleció la idea de que la falta de dinero público es como la gravedad. Es decir, es una condición que siempre se cumple, no puede ser violada, y que a todos nos afecta. Equiparar la escasez monetaria con la física se ha llevado al extremo. Por ejemplo, los Congresos han creado diversos tipos de leyes que asumen que la carencia de dinero público es prácticamente un fenómeno natural como la ley de la gravedad.
Como resultado, se tiene un marco legal que institucionaliza el sufrimiento. La falta de servicios públicos de salud dignos, la escasez de oportunidades de inversión, y la incapacidad para desarrollar mejores universidades públicas (UP) son el resultado de políticas que generan sufrimiento en la gente. Son políticas amparadas por leyes inspiradas en la falsa lógica de la física del dinero escaso.
Afortunadamente, existe la Teoría Monetaria Moderna. Específicamente, la propuesta de los Unis desarrollada por mis amigos y colegas del colectivo editorial Money on the Left y del Global Institute for Sustainable Prosperity (GISP), Scott Ferguson, William Saas, Maxximilian Seijo y Benjamin Wilson, muestra que las restricciones monetarias basadas en los principios de la física no son naturales ni neutrales. Son limitaciones producto de un debate político extraviado y de un mal diseño monetario. En este sentido y al igual que en el gobierno central, se hace creer que los estados, municipios, y universidades públicas son estructuras incapaces de autofinanciarse.
Las UP son instituciones con una gran capacidad económica para movilizar recursos reales. Tanto en beneficio de quienes estudian y trabajan en ellas como a favor de las localidades a las que pertenecen. Dotadas de un adecuado marco legal y de un moderno andamiaje financiero moderno e integral, las UP pueden liberar un gran poder fiscal. Las UP y los Unis se convertirían en los parachoques de las ciudades o localidades ante crisis como las que actualmente experimentamos. Bajo el esquema de los Unis, las UP no tendrían restricciones de ingresos. Al poseer la administración de sus propios sistemas de crédito digital, las UP garantizarían un flujo constante de dinero hacia el sistema productivo regional.
En el contexto adverso que estamos pasando, se discute públicamente el papel clave de las UP en la economía. Diversas organizaciones de académicos e investigadores impulsan una agenda enfocada a fortalecer a este sector educativo. Sin embargo, cuando se debate el tema del financiamiento se cae en la falsa lógica de la física del dinero escaso. En otras palabras, lo que se pide es una reforma fiscal que permita recaudar más impuestos para así canalizar dichos recursos a la educación superior.
En conclusión, si existe un interés genuino en ayudar a las UP es importante romper con la retórica de la escasez financiera. Los académicos, estudiantes, activistas e investigadores deben de voltear a ver a la Teoría Monetaria Moderna, específicamente a la propuesta de los Unis y al enorme poder fiscal transformador de las universidades públicas.