México solicitó al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) un crédito por 600 millones de dólares en apoyo a Prospera, el programa de inclusión social de la Secretaría de Desarrollo Social que atiende a 6.1 millones de familias en cada uno de los 2 mil 472 municipios y delegaciones de los 32 estados; cubre 68 por ciento de las familias en pobreza extrema por ingresos. Se aprobará antes de concluir el año.
El documento de análisis contiene información muy importante: en 2017 se cumplen 20 años de la implementación de los Programas de Transferencias Monetarias Condicionadas (PTMC) que continuarán con más focalización e impacto para las familias en pobreza.
Se informó que la desaceleración de la economía mundial, la debilidad del sector manufacturero de Estados Unidos, la reducción de la producción petrolera y la contención del gasto público real por los bajos precios del petróleo generaron en México un crecimiento “insuficiente” para reducir la pobreza. “Entre 2010 y 2014 prácticamente no cambió, de 46.1 a 46.2 por ciento” de la población.
No obstante, se reconoció que Prospera sí ha contribuido a que “incluso con este escenario macroeconómico” el porcentaje de personas en pobreza extrema se redujera de 11.3 a 9.5 por ciento de la población, impulsada por una notable disminución en las carencias sociales en educación, salud, seguridad social, vivienda, servicios básicos y alimentación.
Según el Consejo Nacional Para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), la población con tres carencias sociales o más, que es junto con el ingreso monetario la condición para definir pobreza extrema, disminuyó de 28.2 a 22.1 por ciento. Prospera amplió el catálogo de servicios de salud de 13 a 27, introdujo nuevos suplementos alimenticios para mujeres embarazadas, lactantes y niños menores de 59 meses, y agregó becas de educación superior para apoyar la continuidad educativa y futura inserción laboral de los jóvenes.
Otro elemento a destacar es que los análisis del BID revelaron que “sin el programa la pobreza extrema monetaria hubiera sido 5.6 por ciento mayor en 2010 y la intensidad de la pobreza extrema entre este grupo hubiera sido 9.5 por ciento mayor”. También se documentaron importantes resultados en educación (aumento de entre 0.5 y 0.9 años de escolaridad) y salud (mayor disposición a usar servicios de salud materna y reproductiva en zonas rurales).
Hay riesgos para Prospera y están muy identificados. Entre ellos los cambios de metodología de Inegi.