México no está en el radar de riesgo geopolítico específico del estadunidense Citigroup y el español BBVA, las matrices de Citibanamex y BBVA Bancomer que operan en México.
Claro, reconocen que la incertidumbre, la volatilidad y los eventos políticos son un riesgo.
Para Citigroup, por ejemplo, las negociaciones de Reino Unido para salir de la Unión Europea han originado “múltiples incertidumbres”, entre ellas “cambios potenciales a la entidad legal de Citi y la estrategia de su modelo de reservación y/o estructura tanto en Reino Unido como en la Unión Europea basado en el resultado de las negociaciones relacionadas con la regulación de los servicios financieros”.
Otro riesgo son las acciones fiscales y monetarias gubernamentales, o las acciones esperadas, como los cambios en la tasa de los fondos federales y cualquier programa de normalización del balance general establecidas por la Junta de la Reserva Federal o por otros bancos centrales, que “podrían impactar tasas de interés, tasas de crecimiento económico, las volatilidades mundiales de los mercados financieros globales, las tasas de tipo de cambio y los flujos de capital entre países”.
Destaca que la administración del presidente estadunidense, Donald Trump, “podría seguir políticas comerciales proteccionistas y otras políticas que podrían resultar en desafíos, incertidumbres y volatilidades macroeconómicas y/o geopolíticas adicionales”.
En cuanto a su presencia en los mercados emergentes como México, establece que está sujeta a riesgos como “volatilidad soberana, eventos políticos, control de tipo de cambio, limitantes a la inversión extranjera, inestabilidad sociopolítica (incluyendo de híperinflación), fraude, nacionalización o pérdida de licencias, restricciones de negocios, sanciones o congelación de activos, potenciales cargos criminales, cierre de sucursales o subsidiarias y congelación de activos”.
Para BBVA la incertidumbre en torno a las positivas perspectivas económicas mundiales “tiene un sesgo a la baja, pero continúa siendo elevada” porque los bancos centrales reducen su apoyo con incertidumbre sobre su impacto en los mercados y las economías dado el contexto de alto apalancamiento y los signos de sobrevaluación en algunos activos financieros.
Una segunda fuente de incertidumbre es el “apoyo político a la gobernanza multilateral del comercio global”, y en tercer lugar “tanto la geopolítica global como la política interna en algunos países son relevantes para las perspectivas económicas dentro de la marca de BBVA”.