Verónica tiene pintado el pulgar de su diestra tras votar en junio; lleva ahí la mayor expresión de la democracia; pudiera ser. Tener el pulgar entintado, significó al menos hasta ayer, aquí en la región, la posibilidad de tener un incentivo, de cualquier índole... ¡hey! Cuidado, no hablo de los desayunos o despensas que en “algún tiempo” se pudieron granjear algunos, tan pobres favores a cambio del costoso voto.
No, nada de eso; nada más aberrante, denigrante y triste para un país, que la pérdida de la dignidad a cambio de una triste cajita llena de alimentos caducos e innecesarios en la mayoría de los casos (espejitos) sustituyendo las libertades de un pueblo.
Hablo de un cafecito, un periódico, algún descuento en cafetería o restaurante local, todo, todo con el poder de un pulgar teñido y apuntando al cielo; sí, el dedo gordo usado por un mínimo César, ese dedo poderoso -en alguna etapa decidió vidas o muertes- tomando el “toro por los cuernos” de un país, estado o ciudad.
En esta ocasión al menos, en el sector comercial de Tampico, no hubo eco suficiente para promocionar un descuento a quien mostrara su sucio pulgar este domingo 2 de junio.
Evaristo Güitrón Moreno, titular de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) Tampico, dijo que se “exhortó a los comerciantes”, pero nomás no hubo respuesta de los socios.
Me pregunto sin embargo, ¿quién empezó con esto de los premios; si el propio gremio empresarial o a sugerencia del instituto encargado de preparar los comicios? El caso es... para esta jornada, donde se habrá de elegir a diputados en cinco estados (Aguascalientes, Baja California, Durango, Quintana Rooo y Tamaulipas) -en Puebla eligen gobernador y alcalde en cinco ayuntamientos, en proceso extraordinario- pues, aquí nomás no habrá de harina.
Paradójicamente, la misma Canaco local, anunció, espera la votación sea mejor que en ocasiones anteriores, en este tipo de elecciones que son intermedias y no hay variedad de cargos a elegir.
Octavio Paz decía que para democratizar nuestra sociedad era necesario alentar nuevas y distintas formas de participación, lograr la independencia del Poder Judicial, combatir el centralismo, devolver sus derechos a la provincia y respetar las minorías; agregando, toda esta inmensa tarea no es de uno solo, un grupo o incluso un partido entero; es algo que tendríamos que hacer todos. Si hoy no hay café gratis, que haya sí mucha dignidad. ¡Salgamos a votar! _