Política

Queremos un país, sin héroes, pero con muchos... héroes

  • Desde la raíz
  • Queremos un país, sin héroes, pero con muchos... héroes
  • Jesús Guerrero Valdez

“Esa libertad plena que acaba por equivaler a pleno desorden...” -no recuerdo donde leí frase tan cierta- y a pesar de ser tan evidente, no lo parece; en días donde todos abogan por ella, sin medida y ni recato. Días previos a elecciones y a elecciones de nuestra propia vida, libertad sí, muchas veces de apariencia atractiva por sencilla, que invita a vivir en la monserga.

Lo primero en llegar hoy a mi mente es aquella mujer tan lúcida con un programa de radio nacional, la cual no dejaba de fustigar con sus comentarios nuestro espíritu “mexicano”: “Se acabó el Estado-padre, solo quedan estados-madres que no amenazan a nadie, sino que seducen y amamantan; un sistema de matriarcado en política, ejercido por hombres que se comportan como nanas, que han sido escogidos por sus capacidades lecheras, sus pechos simbólicos”, decía en una entrevista concedida en televisión, creo.

Ikram Antaki Akel fue una destacada maestra, antropóloga y escritora de Damasco, Siria llegada a México, donde radicó tristemente sin que llegara a ver cambio alguno hasta su muerte en nuestro país.

Recuerdo, hablaba de esa costumbre del mexicano por transgredirlo todo y cómo resolvía una situación frente a normas establecidas por la ley; como ejemplo citaba el hecho clásico del conductor frente a una parada, donde un semáforo iluminaba con su púrpura la escena.

Después de mirar hacia un lado y otro, sin cautela, arrancaba su unidad y desobedecía con ello el reglamento de Tránsito del estado en turno; y esto, lejos de avergonzarle, lo festejaba, para nombrarse a sí mismo como un chingón.

De nuestro gente, señalaba “que vive dentro de una relación con la realidad que no es absolutamente verídica”, y con ello remataba sugiriendo, existe poco sentido común y muy escasa lógica en nuestra forma de pensar.

Respecto a educación, dijo: “La escuela tiene fe en la razón, su proyecto es instruir, no solo educar: la instrucción crea una cultura que permite a la educación florecer”.

Uno de sus libros, “El pueblo que no quería crecer”, es un polémico ensayo de 1996, lo firmó como Polibio de Arcadia. Crítica dura, con argumentos que aún pesan en nuestro quehacer como ciudadanos. Seguimos esperando al otro: gobierno, maestro, policía o el presidente de la Nación, que resuelva lo que solo nos concierne a nosotros:

“Encontré un pueblo dedicado a producir presentes, olvidándose del tiempo y del futuro”; basta con ver ciudades como la nuestra: a través de la corrupción, drenajes colapsados, aguas negras por doquier, costosas obras sin sentido, pobreza y falta de empleo... ¿Por quién vamos a votar? ¿por quién? Hay muchas cosas por cambiar en casa.

“Desgraciado el país que necesita héroes... desgraciado, el país que no tiene ningún héroe”, Galileo, de Bertolt Brecht.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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