Entre las charlas de café, recientemente, salió el tema del ingreso de los jóvenes jaliscienses a la Licenciatura en Artes Escénicas para la Expresión Teatral. Ante la cifra, de una docena aproximada, de alumnos que inician sus estudios en este calendario 2017A en nuestra máxima casa de estudios; la charla natural fue los motivos por lo cual hay tan poco interés en esta disciplina. Una de las causales en la que coincidimos los parroquianos en debate fue el de una falta de espacios de realización profesional. Cuando se decide muchas veces una carrera se privilegia las posibilidades de empleo y generación de recursos económicos. La elección de una carrera desde esta perspectiva se basa en lo redituable desde un imaginario colectivo. Esto es porque en la praxis ninguna profesión tiene la llave de la riqueza económica aunque en el discurso se refuerza desde el seno familiar esta tesis. Quienes, en su momento, tomamos la decisión de "una carrera económicamente no redituable". Seguramente escuchamos el dicho, vas a morirte de hambre. Bajo estas consignas muchos de nuestros egresados del nivel medio superior inician trámites a las carreras que consideran mejores desde la cartera y no desde la actividad que le represente crecimiento y desarrollo en otras áreas de la existencia. Aunque también es cierto que, en una ciudad de las dimensiones de la ciudad capital de Jalisco, los espacios de desarrollo para los egresados de las licenciaturas de artes escénicas son limitados en grado sumo. Y al interior del estado esto es más notorio. Las infraestructuras en materia de cultura todavía no tiene la solidez que se requiere para dar cabida a un desarrollo sustentable de la cultura y las artes. Razón por lo cual se suma el fenómeno del imaginario colectivo a la de la realidad de infraestructura. Llegando a establecerse todo un círculo vicioso que limita al correcto desarrollo de la maquinaria de producción del arte que no logra consolidar lo que se conoce como una cadena productiva. Los pocos candidatos a una carrera en artes escénicasson en sí un mucho del reflejo de esta dicotomía.
