Para Rogelio Naranjo, in memoriam.
Con la estrofa de espinel
quiero dar la despedida
para quien pasó la vida
dándole voz al papel.
Con el lápiz y el pincel
dio a los molinos batalla,
por eso hoy, a donde vaya,
en su honor mi lira tiemplo
agradeciendo el ejemplo
de vivir siempre en la raya.
En la revista Sucesos
y en el Periódico El Día
fue en donde publicaría
a cambio de algunos pesos.
Después fue haciendo progresos,
ganando estatura y talla:
si ganó alguna medalla
o recibió un homenaje
fue porque tuvo el coraje
de vivir siempre en la raya.
Grafito, papel y tinta
fueron cómplices discretos
para trazar los bocetos
de una realidad distinta.
No está en silencio quien pinta,
pues grita aún cuando calla:
más letal que la metralla
es el trazo inteligente
y el desafío permanente
de vivir siempre en la raya.
Naranjo vive en sus trazos,
el papel tiene memoria
de su humor, su trayectoria,
de su obra y de sus pasos.
La vida impone sus plazos
y el final nunca se ensaya
pero hoy la muerte subraya
con lápiz en su sepelio
el empeño de Rogelio
por vivir siempre en la raya.